De tanto andar nació el recuerdo
de tanto ver nació mi sombra
pudimos ser enredadera y no quisiste
quedarnos tristes, fue el comienzo
y para mi la vida entera,
de verdad no puse el sol como debiera
ni los sueños, ni tus manos, ni el silencio,
veras de que color fue mi tristeza.
De la misma forma que un abrazo
de tus mismos labios la distancia
todo, todo es pasajero y casi nada
pase lo que pase tiene fín,
por ahora yo quería que estuvieses
que dejaras los jardines que te llevas, cuando amas
que la mesa se quedara para siempre
que el mañana fuese hoy junto al ayer
que traigo herido.
Adonde llora mi sombra, tu recuerdo
que sacas con lavar aquel vestido
y las fotografias que te miran de frente,
nunca supe otro camino y estar lejos,
acaso tuve miedo y lo supe demasiado tarde
demasiado tarde para olvidarte
que pasara contigo cuando te nombre
y conmigo en esta plegaria inutil
de inventarte y perderte siempre.