viernes, mayo 27, 2011

DANNY CAVANAGH.........UNA CANCIÓN

Tal vez fué el amor, la tristeza o un recuerdo,
pero se dice que este lider de una banda doom metal,
-esos rokeros de voz gutural y melodías oscuras- se
volvió melodico e instrospectivo, fragil y dulce,
luego de conocer la música de Nick Drake, tanto así
que grabó un tributo al cantautor folk que se suicidó
el año 1974, la critica consideró perfecto el album...
Anathema es el grupo de Cavanagh que sufrió la
transformación...posiblemente los metaleros no acepten
este cambio, de hecho los seguidores que ha sumado la
banda son diversos, pero sin dudas la gran ganadora
es la canción, que inscribe un nuevo talento en su
historia...
Aquí un ejemplo : Are You There ?...


miércoles, mayo 18, 2011

DISPAREN CONTRA HUIDOBRO.........por Oscar Hahn

He cotejado el poema de Huidobro con el original de Cendrars, y observo las siguientes coincidencias: las dos composiciones giran en torno al mismo tema: la Semana Santa. Ambas son una plegaria y tienen la misma configuración métrica. Cendrars no emplea una estructura consagrada por la tradición, sino que inventa una forma ad hoc para su poema, de modo que el que la repite está repitiendo a Cendrars. Es una seguidilla de versos largos, cercanos a la prosa, con ritmo y extensión irregulares. Están ordenados en estrofas de dos versos, con rima asonante y consonante. Huidobro hace básicamente lo mismo. Los dos poemas se inician y avanzan de manera parecida. Cito de la excelente traducción de Waldo Rojas. Cendrars: "Señor, hoy es el día de vuestro Nombre". Huidobro: "Señor, hoy es el aniversario de tu muerte". Cendrars: "Las horas se detenían en el umbral de su retiro". Huidobro: "Las horas se pararon ante el umbral extrahumano". Cendrars: "Señor, cuando tú te moriste la cortina se rasgó. Nadie ha dicho nunca lo que se vio detrás". Huidobro: "Se rasgaron las cortinas del cielo/ cuando pasaba tu alma en vuelo./ Y yo sé lo que se vio detrás". En una parte de su poema, Blaise Cendrars, que vivía en Nueva York, habla de la victimización de los inmigrantes que llegaban a Manhattan. Huidobro alude a "los pobres inmigrantes" que venían a América.

Es indiscutible que Huidobro conocía muy bien el poema de Cendrars y que se basó en él para escribir "Pasión y muerte". Habría que preguntarse entonces por qué un poeta tan talentoso y tan imaginativo como Vicente Huidobro tuvo que recurrir a un texto ajeno, en vez de escribir un poema original suyo. Como diría Nietzsche, por una razón humana, demasiado humana. Huidobro interviene el poema de Cendrars, que es un texto de amor divino, y lo transforma en un texto de amor humano, porque en esos días estaba enfrentando un tremendo conflicto amoroso. Siendo un hombre casado y con hijos se había enamorado de una estudiante mucho menor que él, cuyo nombre era Ximena Amunátegui. No sólo debió enfrentar el repudio de la alta sociedad santiaguina, sino, además, las amenazas de muerte de los hermanos de la musa.

Huidobro era un individuo rebelde y proclive a los escándalos. Publicar en 1926 el poema inspirado en Ximena, nada menos que el día de Viernes Santo, a toda página y en el conservador Diario Ilustrado, era un acto de arrogancia y una verdadera provocación. El poeta, que tenía 33 años, llega a asociar su pasión terrenal con la pasión de Cristo y sus tribulaciones amorosas con el calvario. Mi especulación es que posiblemente Huidobro trató de escribir primero un poema propio para conseguir el propósito descrito, pero algo le falló. O quizás la idea se le ocurrió mientras estaba leyendo los versos de Cendrars, cuyo libro había recibido meses antes. Sin duda, necesitaba con urgencia una respuesta contundente contra sus enemigos. Ofuscado por la situación que estaba viviendo, toma el poema de Cendrars -que era desconocido en Chile-, lo modifica, lo adapta a su situación personal y lo publica en el diario sin pensarlo dos veces.

Algunos lectores de Huidobro dirán que "Pasión y muerte" no es más que una copia impúdica del poema de Cendrars; otros replicarán que Huidobro es un precursor, ya que intervenir obras preexistentes es una técnica habitual de la posmodernidad. Que cada cual piense lo que quiera. Total, como dice Augusto Monterroso, "en literatura no hay nada escrito".


martes, mayo 17, 2011

Neruda , Poema 20 , YouTube.....por Oscar Hahn

El misterio del Poema 20 Oscar-Hahn.jpg Entro en cierta página de YouTube y veo que tiene más de 10.000.000 de reproducciones. Repito: Diez millones. ¿El último hit de Lady Gaga, U2 o Justin Bieber? No. Es el "Poema 20" de Pablo Neruda, leído por el actor argentino Arturo Puig. Y eso, sin contar las reediciones del poema en innumerables libros impresos en castellano y en cuanta lengua existe. Más notable aún si consideramos que casi todas las composiciones de otros poetas, escritas en la misma época del "Poema 20", ya están perfectamente obsoletas y han pasado al olvido. Interesante, además, que ocurra con este poema que fue descalificado, y sigue siéndolo, con el lugar común de que no es un poema, sino un bolero, es decir, un texto supuestamente facilón, sentimentaloide y cursi; argumentos que serían abonados justamente por aquello de los diez millones. Esa descomunal cantidad de visitantes -se dice- jamás se interesaría en algo verdaderamente significativo y profundo. Lo que no explican es por qué otros poemas que podrían ser criticados sobre la misma base que el de Neruda no tienen ni remotamente el récord que ostenta el "Poema 20". O, dicho en otros términos, ¿qué encierran los versos de Neruda en particular, que son capaces de conmover a tan abrumador número de receptores y por una extensión de tiempo que parece no tener fin? Ese es el misterio. Antes de formar parte del libro 20 poemas de amor y una canción desesperada , apareció en 1923 en la legendaria revista Claridad, de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, con el título de "Tristeza a la orilla de la noche". En ese entonces Neruda era un adolescente de apenas 19 años. El poema pertenece al género que se denomina "nocturno", tan común en la poesía y en la música clásica. Los chilenos sabemos muy bien cómo empieza: "Puedo escribir los versos más tristes esta noche". Y ahí comienzan también las diatribas de los detractores. Sostienen que Neruda, al iniciar el texto de ese modo, se estaría jactando de su habilidad como poeta. Mala lectura, pienso yo, porque lo que quiere decir, simplemente, es que las condiciones son propicias para que surjan sus doloridas palabras. ¿Cuáles son esas condiciones? Las típicas de muchos nocturnos: la ausencia de la amada, la soledad del amante, la nostalgia del amor, la inmensidad de la noche, la sensación de que algo ha terminado para siempre. Dadas esas circunstancias, "el verso cae al alma como al pasto el rocío". Pero analicemos las objeciones. ¿Facilón? No tanto, parece, si sus críticos ni siquiera son capaces de entender el sentido del primer verso. ¿Sentimentaloide? Un texto puede ser tachado de esa manera cuando es excesivamente emocional y revela un estado de ánimo afectado y superficial. Nada de eso hay en el poema de Neruda, que expresa más bien una emoción convincente, auténtica y nada artificiosa. ¿Cursi? Tampoco. Yo diría más bien: casi cursi. Pero ese es un atributo general de la poesía amorosa. Me explico. Soy un convencido de que los grandes poemas de amor siempre están haciendo equilibrios en la cuerda floja de lo cursi. Esa inminencia de lo que está a punto de llegar, pero no llega, es uno de sus atributos. La diferencia con los malos poemas de amor es que estos últimos no consiguen mantener el equilibrio y se precipitan sin más al vacío de la cursilería. Versos del "Poema 20" como "Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella". O: "Es tan corto el amor y es tan largo el olvido", son sin duda románticos, pero no necesariamente cursis. Quizás uno de los factores que contribuyen a la recepción privilegiada que ha tenido este poema puede ser su esquema rítmico. O la fusión de ese esquema y el temple de ánimo expresado. O lo que dice, o lo que calla o lo que sugiere. O talvez apela a algo subliminal que hay adentro de nosotros. Vaya uno a saber. En suma, seguimos en la oscuridad. Por más que los detectives literarios nos empeñemos en desentrañarlo, parece que el misterio del "Poema 20" no será resuelto jamás. Tanto mejor. Porque como dijo García Lorca: "Sólo el misterio nos hace vivir. Sólo el misterio". Los chilenos sabemos muy bien cómo empieza: "Puedo escribir los versos más tristes esta noche". Y ahí comienzan también las diatribas de los detractores.