jueves, octubre 20, 2011

ELLIOTT SMITH...LA DEPRESIÓN EN TIEMPOS DEL GRUNGE ( Y EL AGRO METAL ? )









A mediados de los años 90 y en plena fiebre por el Grunge, el músico y cantautor estadounidense Elliott Smith inicia una carrera en solitario publicando su ópera prima titulada "Roman Candle", un álbum acústico y lo fi en el que Smith vuelca sus propios dolores, la soledad y las cicatrices de una infancia poco feliz, que concentra en la figura del padrastro sus recuerdos más dolorosos y sus letras más rabiosas, conformando un álbum íntimo y personal en lo lírico, desnudo y luminoso en lo musical.
Graduado en Filosofía y Ciencias Políticas en el Hampshire College de Amherst, Massachusetts, Elliott encontró en la música el sentido de su filosofía y la ciencia de su arte, con una timidez e inseguridad en sí mismo que marcarían su proceso creativo y su relación con el mundo de la música, al tiempo que las drogas, los antidepresivos y el abuso del alcohol hacían mella en su personalidad, elevándolo así mismo en la creación.

Al año siguiente del debut en solitario edita el álbum homónimo "Elliott Smith" (1995), una segunda placa con un sonido más maduro respecto al disco antecesor, en el que Elliott parece dar un paso más para la consolidación de su figura como folk singer, pese a que nunca gustó de tal apelativo, con canciones como "Needle in the Hay" y "Single File" abrazó el minimalismo y cosechó críticas positivas respecto a su trabajo. No obstante, sería "Either/Or" su tercer disco, el álbum más aclamado de Smith, con una colección de canciones grandiosas en un disco fenomenal de principio a fin. A estas alturas ya era comparado con Nick Drake, y su amor por The Beatles sería un tema que evidenciaría en cada oportunidad, interpretando en vivo toda vez que podía alguna canción de los cuatro de Liverpool, llegando incluso a grabar "Revolution" y "Because", su versión para esta última sería incluida en el Soundtrack de la película "American Beauty" (Sam Mendes, 1999).






El título "Either/Or" del disco hace referencia al libro del mismo nombre del filósofo y teólogo danés Søren Kierkegaard (recordemos la formación académica de Smith), considerado padre del existencialismo y catalogado como filósofo del "sufrimiento" y la "angustia", por cierto, temas recurrentes en la música de Elliott, quien fuera reconocido como un músico depresivo y gris.

De vuelta al álbum, "Either/Or" cuenta con algunos de los himnos más emblemáticos del músico norteamericano, como "Ballad of Big Nothing" y la maravillosa "Pictures of Me", dos piedras preciosas de un disco que evoluciona del Folk intimista de la primera placa, a un Pop/Folk preciosista de las últimas composiciones, dos piedras preciosas de una placa llena de gemas hermosas y luz, porque si algo hay de particular y contradictorio en la música de Elliott Smith es que a pesar de la oscuridad y tristeza de sus letras, su música exuda luminosidad y colorido, desbordando emociones y sentimientos que conmueven con la fragilidad de su voz gentil y sus melodías dulces y sutiles, como un justo heredero de Brian Wilson y Nick Drake, canciones que suenan al mismo tiempo a susurro y vuelo de pájaro, con coros pegajosos y los momentos alegres más tristes de la música norteamericana.






El impacto mediático que produjo su aparición en los Premios Oscar junto a los buenos comentarios de la crítica (todavía en un nivel muy under) por "Either/Or" llevaron a Elliott Smith a firmar con el gigante Dreamworks Records para grabar un nuevo trabajo, en esta ocasión y como nunca antes, contaba con mayores recursos a su disposición, y esto es algo que se hace bastante notorio al advertir la mayor presencia de instrumentos en el disco, sobre los que sigue predominando la guitarra acústica, con un sonido más "perfecto" y potenciado, lejos del lo fi del "Roman Candle", pero manteniendo el tono íntimo y personal de Smith. El producto de este contrato quedó materializado en "XO", un disco en el que lejos de traicionar su particular estilo, Elliott se reafirma como un enorme creador de melodías cristalinas y canciones maravillosas, con su ya característico juego vocal (la superposición de capas de su propia voz) y letras personales que hablan del amor y su imposibilidad. El disco comienza con otro de los himnos del músico norteamericano, "Sweet Adeline", un suspiro musical de tres minutos de duración, que vence cualquier tipo de defensa ante la emoción. Y es que no es posible resistirse al encanto de Elliott Smith, su música duele y endulza, nos abriga ante el frío de la indefensión y nos gobierna el corazón en la más absoluta de las soledades. Es la música hecha desnudez. Canciones como "Waltz #2", "Independece Day", "Bled White", "Waltz #1", "Bottle up and explode!" y por supuesto "Amity", se erigen entre las más importantes dentro de esta publicación, el cuarto disco del ex Heatmiser, que marca una transición entre la melancolía de "Either/Or" y el tono más alegre de su siguiente masterpiece "Figure 8".

Triste y alegre al mismo tiempo, desde los momentos más íntimos y acústicos de "Somebody That I Used to Know" al Rock más enérgico de "L.A.", el quinto disco de Elliott Smith titulado "Figure 8" es una explosión de colores y piel, un respirar profundo por debajo del agua... "Son of Sam" es la encargada de abrir esta placa magistral, con la honesta conciencia de un músico mostrándonos el interior de sus venas, íntimo, honesto y hermoso, muy por lejos de esa sensiblería de pasarela de ciertos grupos emos y su emotividad mercantilizada. Canciones como "Everything Means Nothing To Me" que parten pequeñitas y sencillas, no hacen más que crecer y crecer mientras avanzan, como un mantra repetido frente a una fuente de agua que funciona como espejo, dejándonos suspendidos a escasos centímetros del suelo. A esta purificación musical le siguen canciones enormes como "Stupidity Tries", "Easy Way Out", "Wouldn't Mama Be Proud?" y "Happines (The Gondola Man)", aunque en honor a la justicia, debiéramos mencionar cada uno de los 16 tracks que conforman "Figure 8", una verdadera obra maestra.










El 21 de Octubre del año 2003, con 34 años de edad, Elliott Smith ponía fin a su existencia infiriéndose dos puñaladas en el pecho. Como siempre ocurre en este tipo de casos, su muerte ha quedado en una especie de nebulosa, en la que no queda absolutamente claro si se trató realmente de un suicidio o si es que fue asesinado, las sospechas recayeron principalmente sobre Jennifer Chiba, novia de Smith en ese momento. Lo cierto es que ese 21 de Octubre la voz de Elliott y toda su melancolía y genialidad emprendieron viaje hacia otro sitio... aunque todavía quedaban publicaciones por venir.

Hasta el día de su muerte Elliott Smith estuvo trabajando en el que debía ser su sexto trabajo en estudio, que se cree estaba pensado para ser lanzado como un disco doble, álbum que finalmente se convertiría en un disco póstumo titulado "From a Basement on the Hill", un disco del cual se dice la familia del músico descartó las canciones más depresivas y oscuras, y que si bien es un álbum tremendamente hermoso y delicado, siembra la duda si era realmente lo que Elliott tenía en mente publicar.

"From a Basement on the Hill" posee un sonido limpio y cristalino, en el que brillan canciones de belleza brutal como "Coast to Coast" y la dulce "Pretty (Ugly Before)" con sus líneas de patito feo enamorado "El brillo solar / ha estado manteniéndome por días / No hay ninguna noche / es sólo una fase pasajera / y me sentiré hermoso / otra hora más o dos / me sentía tan feo antes / No sabía qué hacer". Sólo 15 canciones fueron publicadas en este disco, de un total estimado en más del doble, muchas de ellas posteriormente se filtraron a través de Internet, entre canciones inacabadas, tomas alternativas y melodías a las que sólo les faltó la voz. Cortes como "A Fond Farewell", la fantasmal y contundente "King’s Crossing" que emociona hasta las lágrimas con el texto "No puedo estar más preparado / para la muerte de lo que ya estoy", la hermosa balada "Twilight" y "A Passing Feeling" son un verdadero bálsamo musical, muestras de la contundencia creativa de un músico extraordinario, que supo brillar con humilde honestidad en un mundo de flashes y falsas emociones, elevándose calladito como uno de los músicos más importante de los 90s.







Pero aún quedaba más... una enorme colección de canciones que fueron recopiladas en un álbum doble titulado "New Moon", lanzado el año 2007 y que pone en el mapa musical el segundo disco póstumo de Smith que incluye canciones nunca antes editadas, un hechizo del tiempo que recoge pequeñas joyas descartadas, segundas versiones, gemas preciosas desnudas tal como fueron paridas al mundo, sin intervención ni maquillaje..

¿Cómo es posible que una persona con tanto dolor, pueda hacer brotar de sí mismo tanta belleza?, la música de Elliott Smith es una clase nueva de dulzura, la cruza perfecta entre Nick Drake, The Beatles y Simon and Garfunkel... Una instantánea única de un fenómeno musical que transita por la vereda de enfrente, que no requiere de luces de neón para encandilar por cuenta propia, y que se conserva como un enorme tesoro musical unido al corazón, a los dolores de la vida... y a los recuerdos de la muerte


Por Tuli Nurmi
Absenta Musical.