Alguna vez escribiré
poesía de verdad como esos héroes
que cuelgan en los muros de los bares
y que viven eternos en las bocas
de los pobres poetas que beben
hasta el amanecer del último día
y sueñan con su cara colgada
entre el anuncio del whisky
y el espejo.
No sé cuanto te debo
ayer tuve tiempo
de mostrarte mi vida
fue un domingo en la mañana
lo supe por las campanas
hoy soy un viejo
sin sueños en los bolsillos
es difícil lo sé,
recuerdo que te reías con eco
en ese túnel oscuro
mientras meabas
y yo de espalda
jugaba a que el tren pasaba
a la hora exacta
de tus piernas blancas