Tan cepia la esperanza
tan llena de sueños
como un rumor en la pereza
el amor no existía,
una nota de música
era el amanecer
el resto era el resto
lo opuesto al corazón,
un deslizar de cartas antiguas
con tinta china
con el candor de la pluma fuente
el ruido de la cama de bronce
vaya uno a saber
porque lloraba esa mañana
pero la lluvia aún no acaba
la dirección es la misma
el disco de tangos sonando
hasta que llegaban las valquirias
tirando todo a su paso,
el día no tenía salida
luego me dormía
no sé si lloraba
o me dolía tu nombre
lo recuerdo,
era lunes, talvez viernes
pero siempre un compas
de cortinas bailando