viernes, diciembre 16, 2011

Murió Christopher Hitchens...infinitamente ateo





El escritor y periodista británico-estadounidense Christopher Hitchens murió anoche, a los 62 años en Houston, Estados Unidos. Polémico, con sus libros "Dios no existe" y "Dios no es bueno hizo del ateísmo una forma de vida.

Nacido en Portsmouth, Inglaterra, el 13 de abril de 1949, Hitchens procedía de una familia modesta. Era el hijo mayor de un oficial de la marina un personaje conservador y militarista que solía decir que la guerra fue el único momento de su vida en que “sabía qué estaba haciendo”. Interesada en la educación, la madre de Hitchens era una persona mucho más animada, a tal punto que lo envió a un colegio pupilo a los 8 años, y luego costeó sus estudios en centros privados para que su primogénito diera el salto a la alta sociedad británica. Hitchnes estudió Filosofía, Ciencias Políticas y Economía en el Balliol College de Oxford, y se mezcló en el ambiente intelectual y la izquierda radical de la Inglaterra de los 70.

Acérrimo opositor de la guerra de Vietnam, el escritor viajó desde joven a Polonia, Checoslovaquia y también a nuestro país, donde en 1977 se encontró con el dictador Jorge Rafael Videla, episodio sobre el que luego escribió que debió tragarse el vómito.



Sus primeros pasos como periodista los dio en el semanario The New Statesman, que le permitió asociarse a un grupo de jóvenes escritores como Martin Amis, Ian McEwan y Salman Rushdie.








Hitchens es visto como uno de los intelectuales más influyentes de los últimos treinta años por sus críticas contra Henry Kissinger o la Madre Teresa, a la que consideraba una proselitista de una versión retrógrada del catolicismo. Pero mientras sus libros y conferencias se centraron en defender la inexistencia de Dios, también daba charlas en contra del aborto.


Una de sus grandes batallas, contra Kissinger, la dio en el libro "El juicio de Kissinger", un texto explosivo que cuestionaba la gestión de la política exterior del que fuera secretario de Estado bajo el mandato de Richard Nixon a quien consideraba un criminal de guerra.


Pero también dejó atónitos a sus seguidores de izquierda al apoyar la primera guerra de Irak (1990) o respaldar a la ex primera ministra británica conservadora Margaret Thatcher cuando envió sus fuerzas armadas a las Malvinas (1982) porque suponía combatir la dictadura del general argentino Leopoldo Galtieri.


Ya por entonces Hitchnes vivía en los EE.UU. donde colaboró con las publicaciones más prestigiosas a ambos lados del Atlántico: Vanity Fair, Slate, The Nation, The New York Times Review of Books, The Times Literary y National Geographic, entre otras.





Cuando se le detectó el cáncer Hitchnes estaba en plena promoción de sus memorias, un libro titulado "Hitch-22", que en la Argentina publicó Debate y que fue oportunamente reseñado en Revista Ñ. En ese libro, su gran amistad con Salman Rushdie, Ian McEwan, James Fenton, y sobre todo con Martin Amis, son la gran historia de amor de su vida.



Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Hitchens anunció que ya no era de izquierda y, para horror de sus compañeros de juventud, aceptaba invitaciones del ex presidente de los EEUU George W. Bush a la Casa Blanca.


En el año 2010 tras diagnosticársele un cáncer de esófago, Hitchens reiteró su ateísmo y llegó a decirle a un periodista: "No se ha presentado aún una prueba o un argumento que pueda cambiar mi forma de pensar. Pero me gustan las sorpresas".


fuente : Revista Ñ

jueves, diciembre 01, 2011

NICANOR PARRA, A LOS 97...Y CON CERVANTES






“Mi poesía puede perfectamente no conducir a ninguna parte”, dice la advertencia al lector de Nicanor Parra que viene transitando sus casi cien años por la vida y la literatura con disfraz de antihéroe. Pero no hay caso, este chileno que enfrenta a la estirpe poética de su país y ataca con sus eslóganes cotidianos la belleza más convencional de un Pablo Neruda o una Gabriela Mistral, se sigue canonizando a sí mismo y gana lugares en una lista de autores consagrados entre los que, tal vez, repudie estar. Ahora le tocó el prestigioso Premio Cervantes, un reconocimiento que le llega a los 97 años por "toda una vida dedicada a la poesía", en la que, dicen los jurados, se ha destacado por crear nuevos y diferentes lenguajes. No dicen si los premios atentan o no contra su estilo transgresor. Pero se sabe, las instituciones hace rato que aceptan su antipoesía, y catalizan su bronca literaria con premios, documentales y publicaciones varias en su honor. Su antipoesía, por lo menos, conduce a los premios.

Tal vez así se entiendan un poco mejor las declaraciones de la ministra de Cultura española, Ángeles González-Sinde, que tras dar a conocer el fallo dijo que la elección era un mensaje muy positivo, tanto para los seguidores de Parra como para otros poetas. Poeta o antipoeta, Parra estudió física y mecánica en los EE.UU., por lo que no le costará sumar la decena de galardones que atemperan su irreverencia entre los que están el Premio Nacional, el Juan Rulfo y hasta la beca Guggenheim, entre otros, y que ahora se coronan con el Cervantes.

Aunque a la hora del fallo todavía no habían podido comunicarse con Parra, quien viajaba desde su casa en el Pacífico a su Chillán de siempre, la ministra de Cultura consideró una "gran fortuna" que pueda recibir este reconocimiento en vida y destacó el hecho de que el galardón haya sido concedido a un poeta, ya que "la vocación de escribir poesía es más exigente que otros géneros".¿Será porque Parra hace poesía compitiendo contra otra poesía, la oficial, que siempre ha querido desmarcarse de ella? “Durante medio siglo la poesía fue el paraíso del tonto solemne, hasta que vine yo y me instalé con mi montaña rusa", se presentó alguna vez Parra.

Esa llegada ocurrió en parte con su nacimiento, claro, allá por 1914, y se empezó a gestar en el seno de una modesta familia en San Fabián de Alico, cerca de Chillán, su padre, Nicanor Parra, era maestro y músico, y su madre, Rosa Clara Sandoval Navarrete, "tejedora y modista de origen campesino. De esa familia pobre salieron todos artistas, entre los que están Violeta Parra y él, Nicanor, pero dio un salto en 1954 cuando apareció "Poemas y Antipoemas", la publicación que marcó sus rasgos de identidad, su estirpe de antipoeta. Palabras ácidas, ironía casi cínica, humor sobre cualquier cosa y un lenguaje callejero para hablar incluso de religión, como en su desacralizada versión del Padre Nuestro:






… Padre nuestro que estás donde estás
rodeado de ángeles desleales
Sinceramente no sufras más por nosotros
Tienes que darte cuenta
de que los dioses no son infalibles
y que nosotros perdonamos todo.

Sin esperar el perdón de nadie, a su poética de trinchera le agregó más tarde su verosímil fama de ermitaño, a la que viene haciendo honor sin pausa, sobre todo después de un documental en su memoria que se tituló El anti poeta (2007). Pero su hija ha dicho ahora que está feliz con el Cervantes, por lo que suben las probabilidades de que acuda personalmente a la entrega del premio, el próximo 23 de abril. Como en su poema Brindis, Las cartas por jugar / son solamente dos:

El presente y el día de mañana
Y ni siquiera dos
Porque es un hecho bien establecido
Que el presente no existe
Sino en la medida en que se hace pasado
Y ya pasó...
como la juventud.

En resumidas cuentas
sólo nos va quedando el mañana
Yo levanto mi copa
Por ese día que no llega nunca
Pero que es lo único
De lo que realmente disponemos.



Margarita Salas, primera presidenta mujer del jurado, designada por la Real Academia Española, resaltó la faceta de físico y matemático del nuevo premio Cervantes y recordó que su obra es muy estudiada y ha sido objeto de numerosas tesis doctorales. El chileno fue apoyado por la mayoría de los miembros del jurado, que respetaron la ley no escrita de que cada año se conceda alternativamente a un escritor hispanoamericano y a un español. En 2010 fue la catalana Ana María Matute la que la que lo obtuvo Siguiendo a Jorge Edwards y Gonzalo Rojas, Parra es el tercer chileno de una lista que empezó a escribirse en 1976, y que involucra a cuatro autores argentinos.


Juan Gelman fue el último en ganarlo, en 2007. Otro tipo de poeta, que en la entrega recordó a los desaparecidos. Antes que él, lo recibieron Adolfo Bioy Casares (1990), Ernesto Sabato (1984) y Jorge Luis Borges (1979). Sobre este último recayó un hecho curioso, fue el único que debió compartir el Cervantes con otro autor, la única vez que hubo dos ganadores. Borges y los premios. Todavía hoy se recuerda, quizá porque nunca le dieron el Nobel, la celebrada ponencia del autor de El Aleph en la ceremonia de entrega. “Es una generosa equivocación, que acepto con impudicia”, había dicho entonces.









Habrá que ver qué dice Parra, si es que va. Lo que Borges tomaba de los libros, él lo toma de la vida cotidiana. Quizá por ello haya sentenciado que nunca fue el autor de nada, “siempre pesqué cosas que estaban en el aire”. Quizá ya no sea ese negador de entrevistas que ante cualquier llamado periodístico avisa “que el poeta está durmiendo”. Siempre la antipoesía, oposición al registro de Pablo Neruda, compitiendo contra la pureza lingüística y las aspiraciones de sublimación, y contra las grandes figuras. Le preguntaron si le gustaría ser el mayor poeta chileno, y respondió que no, que le bastaría con ser el mejor de Isla Negra. Quién sabe cuándo este hombre habla en serio, si el mismo lo dice, “el pensamiento muere en la boca”. Sigue invitando a su montaña rusa, pero siempre advierte:

…Suban, si les parece.

Claro que yo no respondo si bajan

Echando sangre por boca y narices.



sábado, noviembre 19, 2011

JOE BOYD....EL REY MIDAS DEL FOLK




“Lo único mejor que la música es hablar de música”, proclama Mario Pacheco en el prólogo de la edición española de “Blancas bicicletas. Creando música en los 60” (Global Rhythm, 2007), contradiciendo aquella boutade atribuida a Frank Zappa (“escribir de música es como bailar arquitectura”). En efecto, una conversación con Joe Boyd ofrece más estímulos intelectuales y sensitivos que muchos conciertos. Si decía Oscar Wilde que la obra de arte no está completa hasta que alguien habla de ella, la digiere y la contextualiza, Boyd ofrece el proceso completo en primera persona; es el “todo en uno”: promotor, cazatalentos, productor, ejecutivo discográfico y, finalmente, pluma ágil, analítica e irónica que procesa todo lo vivido en un libro torrencial (traducido con primor por Ignacio Julià), publicado en inglés por Serpent’s Tail en 2006. Paralelamente, también se editó el CD “White Bicycles. Making Music In The 1960s” (Fledg’ling-Dock, 2006), un muestrario del trabajo de Boyd como productor.


Aunque la hoja de servicios discográficos de Boyd se adentra en los años ochenta y noventa (la producción de “Fables Of The Reconstruction” de R.E.M., los dos “Songhai” de Ketama), “Blancas bicicletas” es, sobre todo, un volumen de memorias de los sesenta que transmite la excitación de aquellos días, la sensación de explorar terrenos vírgenes, la ambición de cambiar el mundo… y el desencanto que aguardaba a la vuelta de la esquina. No hay final feliz, pero disfrutemos de la evocación de esa época convulsa. “Un amigo, tras leer el libro, me dijo: ‘Está bien, hay incluso tres o cuatro historias que nunca te había oído contar’; ya que muchas las he explicado a amigos o periodistas. Lo interesante ha sido mezclar todo eso como si fuera un disco, y yendo al principio. Cuando una historia la has contado muchas veces, el recuerdo se emborrona y te acuerdas más de tu propio relato que del hecho original”, explica, con verbo preciso y sin prisas, este bostoniano de 64 años que afrontó la tarea después de que, en 2001, Rykodisc (discográfica a la que, diez años atrás, había vendido su sello, Hannibal) prescindiera de sus servicios. “Durante cuarenta años les he dicho a los artistas qué debían hacer para que su música triunfara. Ellos me escuchaban y me hacían caso sólo en parte. Ahora tengo un artista que hace exactamente todo lo que le pido”, ironiza.






“Blancas bicicletas” alterna la gloria y el paso en falso; reconstruye episodios de lucidez y errores de cálculo que Boyd procesa con deportividad. Pero éste es, después de todo, un homenaje a una época cuya trascendencia, admitámoslo, no puede ser banalizada: detrás del mito de los sesenta hay claves de largo alcance. Y haber estado ahí marca. “En el verano de 1965, ‘I Got You Babe’ de Sonny & Cher, con Sonny imitando a Dylan, era número uno en la radio comercial. Luego sonaban ‘Mr. Tambourine Man’ en versión de The Byrds, con ese nuevo sonido con ‘feeling’ drogata californiano, y, claro, ‘Like A Rolling Stone’. Así que Dylan, su sonido y su actitud estaban justo en el centro de la cultura en ese momento”, interpreta Boyd, quien dice haber sido consciente del zeitgeist cuando, a finales de julio de 1965, se dirigía con su automóvil al Festival de Newport, a través de las extensiones verdes de Nueva Inglaterra, para trabajar como director de escenario. “El nacimiento del rock” se estaba fraguando. “¿Cómo podía salir Dylan al escenario con su guitarra igual que el año anterior? El mundo ya no era el mismo”.

Lo supo la víspera del 25 de julio de 1965: Mike Bloomfield, Al Kooper, Barry Goldberg, Sam Lay y Jerome Arnold arroparían a Dylan en una actuación eléctrica: “Sólo fueron tres canciones, y todo el mundo quedó en estado de ‘shock’. Los mayores, Pete Seeger, Alan Lomax, Theo Bikel… intentaron obligarme a desenchufar los instrumentos. Terminó y el público, mucha gente joven, rugía. Bob Neuwirth y Albert Grossman le convencieron para que volviera al escenario. Salió y tocó, con guitarra y armónica, ‘Mr. Tambourine Man’ y ‘It’s All Over Now Baby Blue’, que sonó como un ‘jodeos’ a la vieja guardia”. Es difícil imaginar, en la actualidad, que la música pueda asumir ese rol de generador de escándalos. “Hoy el concepto de rebeldía juvenil es un recurso del marketing. Los escándalos tienen que ver con textos machistas u homófobos en el rap; tipos gritando: ‘Voy a matar a mi mujer’… No es eso por lo que luchamos”, ríe.

Boyd asistió a la electrificación de Dylan, pero, después de todo, apreciaba el folk y trabajó para construir puentes entre ambos mundos. Su gran éxito, crítico y también comercial, fue The Incredible String Band, cuya alucinógena propuesta de filopsicodelia forestal aupó a través de un hábil mecanismo de deslocalización: “Los saqué de los clubs de folk y los metí en salas de rock sin cambiar su música. Y funcionó”. La maniobra alimentó su ego. “Pensé: ‘Soy un genio’. Me tomó un tiempo darme cuenta de que no era así”.


Esa sensación sobrevuela todo el libro y deja un discreto rastro de fatalismo: el autor enumera sus fallos logísticos (haber dejado escapar a los incipientes Cream o haber infravalorado a los cuatro suecos que formarían ABBA, a quienes conoció en un viaje a Estocolmo con fines editoriales) y se reprocha no haber hecho más por Nick Drake, de quien produjo sus dos primeros álbumes. “Vi que no tenía una respuesta rápida para cada problema. No podía vender a Nick, ni que John & Beverly Martyn giraran como pareja feliz, ni que el batería de Fairport Convention volviera a la vida, ni que Sandy Denny fuera feliz con el grupo…”, repasa Boyd. Y remata: “Algunas cosas empezaron a ir mal entre 1969 y 1970”.





De acuerdo, pero antes saboreemos un poco más el momento. Desviemos el foco hacia el sensible y malogrado Nick Drake, cuya obra disfruta hoy de un culto que sorprende al propio Boyd, quien amasa sus propias teorías. “La gente de su generación no hizo suya la música de Nick, y por eso las siguientes sí pueden hacerlo”, aventura. Su misión, en “Blancas bicicletas”, ha sido recuperar al artista inseguro pero resplandeciente de sus inicios, antes de los reveses financieros. “Era un chico tímido e inseguro que agachaba su cabeza, como disculpándose por ser alto y guapo. He querido recordar nuestros primeros encuentros, sus manos grandes manchadas de nicotina o la forma en que cogía el teléfono, como si fuera un artefacto nuevo que no hubiera visto nunca. El Nick excitado de ‘Five Leaves Left’ (1969). Luego, el disco no vendió, y él ya no estaba tan feliz grabando ‘Bryter Layter’ (1970)”. Boyd confiesa que estaba muy ocupado con sus dos grupos estrella, The Incredible String Band y Fairport Convention: “Me arrepiento de no haber hecho más por encontrar un público para Nick Drake”.

Syd Barrett le inspira sensaciones parecidas. Boyd produjo el primer single de Pink Floyd, “Arnold Layne”, mientras Barrett iniciaba su deriva lisérgica: “En diciembre de 1966, me dijo que estaba componiendo canciones que no eran para Pink Floyd. Me las mandó. Era él con su guitarra; piezas como ‘Here I Go’, que irían a parar a sus discos en solitario. Un Syd divertido, con temas que eran como music hall inglés, con juegos de palabras. Tengo tantas imágenes en la cabeza de Syd enfermo que me gusta recordarlo antes de todo eso. Él no era el cliché del músico de rock, sino alguien muy educado y brillante”. Y un creador menos expansivo que cierto bajista con quien compartía grupo. “Roger Waters tenía una opinión y la repetía una y otra vez. Tocaba con ese bajo enorme, de mástil larguísimo… Pink Floyd nunca ha sido un grupo carismático; se basaba en su show de luces. Pero te acercabas al escenario y veías a Roger muy alterado, abriendo la boca, haciendo gestos muy ostentosos”, recuerda.








Boyd tuvo, en fin, una localidad de primera fila con pase de backstage en el gran espectáculo de los sesenta; consiguió que los británicos redescubrieran su propia música folk, jugó un papel en el arranque de la psicodelia y agitó la noche londinense con el club UFO. Pero, escuchándole, te imaginas los últimos años de aquella década como un soufflé que cuanto más esponjoso y altivo más cerca estaba de rebosar sus límites. “Desde 1945, todo el mundo pensaba que la vida sería cada día mejor y mejor; que siempre habría prosperidad, y más libertad y sexo y drogas y música… y que todo era posible. En 1973 nos dimos cuenta de que el petróleo no era infinito, de que la Tierra tampoco lo era y de que, aunque pudiéramos parar la guerra de Vietnam, había muchas otras cosas malas que no podíamos evitar. El pesimismo afectó a la música”. Ésta no sólo se volvió más conservadora, sino también algo caricaturesca. “Las innovaciones de los sesenta fueron un modelo para mucha música mala que vino más tarde: los solos de Jimi Hendrix, mal imitados a partir de los setenta, o esos grupos de folk celta enfrascados en ‘jigs and reels’ veloces y mediocres”, estima.

Ahora Boyd es un observador cualificado que, como Bob Dylan, cree que los discos actuales suenan mal, anegados en superproducciones clónicas “demasiado perfectas”. Anuncia un nuevo libro sobre la world music y se reconoce jubilado de la producción discográfica. “Aunque hay dos personas a las que, si me lo pidieran, no me podría negar: Lucinda Williams y Martha Wainwright”, apunta este superviviente de tiempos en que cantantes y grupos se sabían en inferioridad de condiciones técnicas respecto a los operarios profesionales aportados por su discográfica. Así que dedicamos su reflexión final a los artistas soberbios del siglo XXI que actúan convencidos de convertir en oro todo lo que tocan. “Antes el productor trabajaba para la discográfica. Ahora trabaja para el artista”, critica. ¿Y eso es malo, señor Boyd? “Para mí, sí. En principio, que el artista controle lo que hace es una buena idea, pero, en la práctica, a veces, para crear algo grande es necesario obligarle a hacer algo que no quiere”.


Publicado en Rockdelux 250 (Abril 2007)
por Jordi Bianciotto

viernes, noviembre 18, 2011

RYUICHI SAKAMOTO Y SUS CODIGOS








Más de treinta años e incontables referencias han transitado desde su ya lejano debut en solitario en Nippon Columbia con “Thousand Knives Of Ryuichi Sakamoto” (1978; ese mismo año salió a la venta el primer álbum homónimo de Yellow Magic Orchestra) hasta su inminente “Playing The Piano”, “una recopilación de mis composiciones, algunas populares y otras no tanto, con arreglos diferentes e interpretadas de nuevo por mí”. No es la primera vez que Sakamoto se reencuentra con su legado más popular, en concreto el cinematográfico. Ya lo hizo con “Coda” (London, 1983), una relectura al piano de su más conocida banda sonora para Nagisa Oshima –“Feliz Navidad Mr. Lawrence” (London-Milan, 1983)–, y el más orquestado “Cinemage” (Sony Classical, 2000).


“Playing The Piano” (2009), que Universal editará el 9 de noviembre, semanas después de publicarse esta entrevista, será por tanto un merecido y seguro que emotivo reencuentro con su impecable catálogo de melodías, en especial para aquellos que asistan a su gira española del próximo mes de noviembre: “Seré el único músico en escena, con dos pianos, uno para tocar en directo. El otro lo he preparado para reproducir ‘playback’. Así que será un dúo virtual conmigo mismo. Habrá piezas para solista y otras para dúo. Estas últimas las he tenido que adaptar para dos pianos”. Seis citas que se unirán al resto de una gira europea en la que se acudirá a temas tan conocidos como “Forbidden Colours”, “The Sheltering Sky”, “Behind The Mask” y “Energy Flow”, y en el que también habrá espacio para su álbum de piezas nuevas, el primero en cinco años desde “Chasm” (Warner, 2004). Me refiero al apasionante “Out Of Noise” (Commmons, 2009).



“UN VERDADERO SAMURÁI NO DEBE MOSTRARSE FATUO NI PERDER LA CONFIANZA” (“Hagakure”, Yamamoto Tsunetomo, siglo XVIII)

La perfección formal del Ryuichi Sakamoto compositor, propiedad que en ocasiones le ha llevado al límite del mero ejercicio de estilo, se ve casi siempre superada por elementos infalibles como la simplicidad y melancolía del impresionismo, y sin duda también por la constante evocación de un Oriente lejano que permanece en nuestra memoria colectiva, probablemente distorsionando la realidad, y que él ha sabido conjugar con el formato de canción occidental. Un fértil cruce entre la atonalidad de la música oriental y las estructuras melódicas occidentales. Un cliché poco acertado por mi parte: “No entiendo por qué dices ‘atonalidad de la música oriental’. Nunca he escuchado música oriental tradicional atonal. ¿Te suena atonal la música oriental? Ja, ja, ja. Mi contestación a tu pregunta es que no lo sé, lo siento”. Trato de defender mi postura acudiendo a recursos menos problemáticos como el silencio o la falta de atracción gravitacional entre notas. ¿Podría considerarse ahora que la música oriental es atonal en ese sentido?: “Tu descripción se ajusta más a la música del siglo XX. ¿Entiendes, en cualquier caso, que la música del siglo XX y la música asiática son iguales o muy similares? Bueno. De hecho, el padre de la música del siglo XX, Debussy, estuvo influido por el gamelán indonesio. Pero te diré más. Por ejemplo, la música de Brian Eno es más ‘asiática’ que la mía”.



Tu carrera ha estado surcada por esas dos fuerzas contrapuestas, de forma paralela con otras dos interesantes facetas, la experimental y la melódica. Escuchando “Out Of Noise”, la primera tendencia se vería reflejada en temas como “Composition 0919”. En cambio, “To Stanford” representaría tu vena más accesible. Algo que debo decirte es que “To Stanford” no es una canción mía. Está escrita por una artista japonesa llamada Kotringo, una joven compositora con mucho talento. Me encantó esa canción, así que decidí hacer una versión. Sí, yo también veo esas dos caras, la tradicional y la experimental. Todavía soy un gran admirador de Debussy y Bach. Por otro lado, me encantan John Cage e Iannis Xenakis, incluso la música experimental moderna realizada con aparatos electrónicos y computadoras. Pero el problema es que no sé cómo fusionarlas. Lo he intentado, pero sin éxito. ¡Qué felicidad y qué fácil si pudiera ser cien por cien experimental! Creo que no he podido obtener un estilo musical propio mezclando ambas tendencias.

Alguien ha dicho que la música es el único lenguaje que puede ser comprendido sin necesidad de aprender una gramática determinada, al menos para quien la escucha. No estoy de acuerdo con ese planteamiento. La música es un lenguaje. Hay ciertas emociones y sentimientos, e incluso visiones, que solo la música puede contar o expresar. Y la música no es un lenguaje universal ya que todavía gravita sobre el contexto local e histórico. Estoy seguro de que habrás oído la historia de un mercader europeo que se llevó un cuarteto de cuerda a Arabia en los viejos tiempos. Los árabes empezaron a reír cuando el cuarteto comenzó a tocar Mozart ya que la música les parecía demasiado simple, quizás pueril a sus oídos porque está basada en una escala de solo doce tonos. Otra historia es la del almirante Matthew Perry cuando vino a Japón en 1853. Los japoneses le dieron la bienvenida con un festival de música, pero los norteamericanos pensaron que era un funeral...


Sin embargo, el episodio de Perry sucedió a mediados del siglo XIX y ahora vivimos en un mundo donde es difícil sorprender al oyente. Además, el poder de la música consiste en evocar sitios lejanos o incluso inexistentes, sin necesidad de albergar un significado específico. Solo pretendo ser siempre muy cuidadoso con la creencia estereotipada de que la música es un lenguaje universal. El hecho es que no lo es. Así de simple.






“UN SAMURÁI DEBE CONOCER SU PROPIA DIMENSIÓN, OBSERVAR LA DISCIPLINA SIN DEJARSE DISTRAER Y HABLAR LO MENOS POSIBLE” (“Hagakure”, Yamamoto Tsunetomo, siglo XVIII)

“Out Of Noise” es un disco muy equilibrado, uno de los mejores de tu carrera. Ecléctico, aunque no en la vena quizás más comercial de “Chasm”. En él demuestras tus habilidades estilísticas como compositor. En realidad no he tenido ningún interés en mostrar mis aptitudes como compositor. Arrojé mi deseo de “componer” o de “escribir” en este álbum. No sé si te es familiar el kado, el arreglo floral japonés. La idea era similar: recoger un sonido como si estuviera cogiendo una caña de bambú marchita para ponerla a continuación en un recipiente. Sencillo como el kado.

El álbum está repleto de grabaciones de campo y de sonoridades que recuerdan a propuestas como la de Fennesz. Una forma muy curiosa de “salirse del ruido”. Para mí, no hay separación entre sonido y ruido, por lo que sí hay diferencia entre ruido o sonido y silencio. Supongo que componer equivale a diseñar el tiempo tratando con ruido y silencio. Lo que quería hacer en “Out Of Noise” era extraer música del ruido porque pienso que este último tiene todos sus elementos musicales: melodía, armonía y ritmo.

¿Ha cambiado entonces mucho el Ryuichi Sakamoto de la época de “Thousand Knives”? Antes trataba de componer, construir, manipular, controlar... Ahora he desechado todas esas ideas, aunque obviamente hoy lo grabamos todo en un disco duro y tratamos los sonidos como objetos.

Creo que con David Sylvian has formado una de las parejas más interesantes y creativas del pop de las últimas décadas... Estoy de acuerdo.

Me sorprende no verte en los créditos de su nuevo disco. Yo también estoy sorprendido. Y triste. Probablemente ha perdido interés en mí... aunque siempre estoy preparado para colaborar con él en cualquier momento. Pero no me siento mal. Estoy orgulloso de todo lo que hemos hecho juntos...



“UN SAMURÁI QUE SE DESANIMA O SE ABATE ANTE LA PRUEBA CARECE DE UTILIDAD” (“Hagakure”, Yamamoto Tsunetomo, siglo XVIII)

Eres un defensor de la tecnología digital frente a la analógica sin despreciar esta última. ¿Estás de acuerdo con quienes dicen que la mejor música electrónica se produjo en los setenta y los noventa? ¿Hay todavía espacio para innovar en este terreno? Creo que hay todavía campos sobre los que explorar, aunque la era más fructífera fueron los ochenta. Nunca me gustó el techno de los años noventa salvo contadas excepciones. No es que defienda los ochenta. Grupos clave como Kraftwerk, Human League y Cabaret Voltaire surgieron en la década anterior, pero todos ellos alcanzaron su plenitud a principios de los ochenta, como por ejemplo Yellow Magic Orchestra.

Durante años has mostrado una gran preocupación por temas sociales –el proyecto Zero Landmine– y medioambientales –su fundación moreTrees la comparte con el resto de miembros de YMO–. ¿Percibes un riesgo de confusión entre música y política? Creo que la música solo puede sugerir o animar a la gente y sus causas. Mi filosofía es que la música no debería producir un efecto en la política. Me siento demasiado traumatizado por los nazis, lo cual significa que la música tiene una especie de lado oscuro que afecta a la gente y que los músicos debemos controlar o suprimir. El silencio no es una alternativa.

Otra cuestión por la que has mostrado interés es el fenómeno de internet. ¿Piensas que la red puede cambiar definitivamente la forma en que escuchamos música? Creo que internet ya ha cambiado el negocio musical y nuestro estilo de escuchar música. El precio de esta empieza a acercarse a un valor cero. Ya no podemos sobrevivir vendiendo CDs. Por tanto, el negocio se dirige hacia las actuaciones en directo más que antes. Y esto es algo que está bien porque hasta hace aproximadamente cien años, y desde que nació, toda la música fue en vivo.

¿Es una cuestión de supervivencia o una postura más filosófico-estética? Simplemente quiero destacar el hecho interesante de que internet ha venido a recordarnos que la música solo podía disfrutarse en vivo hasta hace tan solo cien años. Y sí. También me gusta la belleza del vinilo y del CD, del vinilo más. Su tangibilidad es muy importante.












pOR José Manuel Caturla
para Rockdelux.

lunes, noviembre 14, 2011

Christian Boltanski...la vida, una obra.

nació en París durante el nazismo, no quiso ir a la escuela, y hoy es una superestrella del arte contemporáneo. Trabaja en la fugacidad de la existencia humana.




Si uno tuviera la infancia que tuvo Christian Boltanski tendría que dedicarse a algo que tuviera que ver con la memoria. Si uno hubiera sido concebido en el desván donde el padre se ocultaba de los nazis después de haber fingido una pelea con la madre y “abandonado” la casa de un portazo, para volver a esconderse. Si hubiese dejado la escuela de chico; si no hubiera salido solo hasta los 18 años; si el padre médico hubiese decidido que para protegerse, en un mundo limpio, era mejor no bañarse; si uno hubiese crecido en un paisaje de sobrevivientes del Holocausto, casi analfabeto y pintando como un obseso, es decir, si uno fuera Christian Boltanski, tendría que meterse a artista contemporáneo y hacer obra de la propia vida. Eso es lo que él hizo.

Boltanski estuvo esta semana en Buenos Aires, por iniciativa de la Universidad de Tres de Febrero y de la curadora Diana Wechsler. A la vez, acaba de salir Christian Boltanski. La vida posible de un artista , un libro de conversaciones con Catherine Grenier. Y allí cuenta: En casa había una visión de la vida como demasiado peligrosa, tan peligrosa que había que estar siempre atento a todo. Teníamos una casa muy grande y todos dormíamos en el mismo cuarto, nuestros padres en una cama y nosotros en el piso. Dormí en el piso hasta los dieciocho o diecinueve años, en una bolsa de dormir. El separarse era considerado peligroso.

Y cuenta que iban de vacaciones en auto, lejos, a Moscú por ejemplo, pero que “a mi madre le angustiaban los hoteles”, entonces seguían durmiendo juntos pero en el auto, “ muchos días, sin bañarnos, con la ropa sucia, olíamos mal” .

Y que, como él sólo pintaba y los amigos artistas decían que pintaba mal, la madre abrió una galería de arte, para que aprendiera a ganarse la vida. Ahí empezó a ver arte contemporáneo. Aprendió. Tiró los pinceles: lo suyo serían las instalaciones, cierta forma de intervenir en la vida. Consiguió los contactos de una galería de arte contemporáneo y mandó a toda la lista cartas con un cartoncito adentro que decía “Enfermedad”. Después fabricó, con plastilina, los objetos de su pasado. Quería “refabricar” el pasado.

Le fue bien, muy bien, y hoy es un artista celebrado, mimado, que da entrevistas en la coqueta confitería del Palacio Duhau.






¿Sus respuestas a Grenier, en el libro, son ficción?

Yo pienso que son verdad, sin embargo para un artista está la vida y la vida como obra, como para un santo.

¿Qué quiere decir?

Sólo se dice lo que es lindo, lo que es funcional para dar un mensaje. Por ejemplo, mi primer recuerdo, un niño que espera en una aduana, habla de un migrante, lo que nos lleva a pensar en la espera, en la soledad. Pero si mi memoria no falla, dije la verdad.

¿Sentia que su familia era rara?

¿Qué significa rara?

No bañarse, que un chico decida no ir a la escuela, dormir todos juntos por decisión, no salir solos...

No me sentía raro. A veces mis padres me daban un poquito de vergüenza, como a todos los chicos. Pero gracias a ellos no estoy en un psiquiátrico encerrado.

¿Por qué?

Como yo no quería ir a la escuela, si me hubieran forzado, me hubiera ido de todos modos, me hubieran mandado a un psiquiatra y poco a poco hubiera terminado en un psiquiátrico.

¿Y aprendió a leer después?

¡Yo sé leer! Todavía tengo muchas faltas de ortografía... Pero tengo una gran cultura autodidacta, escucho muchísimo la radio, radio France Culture...

Su abuelo se fue de Rusia para integrarse a Francia. Su padre se hizo católico. Pero lo judío ronda todo el tiempo. ¿Son judíos o no?

Es confuso. Si me preguntan, digo que soy judío, pero nunca entré a una sinagoga, tomé la primera comunión y no soy creyente.

¿Y por qué es judío?

Porque conozco la historia. Le cuento un cuento jasídico: Hay un hombre que conoce un lugar en el bosque donde prende una fogata y allí habla con Dios. Sus descendientes conocen el lugar en el bosque, saben prender la fogata, pero se olvidaron de hablar con Dios o como hacerlo, pero funciona de todos modos. Otro discípulo conoce el lugar solamente, ha olvidado el resto. Mucho tiempo después, otro no sabe ni donde está el lugar en el bosque, ni hablar con Dios; pero conoce la historia y eso basta para estar en contacto con Dios. Yo conozco la historia.

¿Porqué es tan central el holocausto en la obra?

No es para nada central.

¿Por qué aparece?

Está mi nacimiento y sus circunstancias. A los 3, 4 años escuché muchas historias sobre la Shoah, porque todos los amigos de mis padres eran sobrevivientes. Yo conocí el escondite de mi padre, eso estaba muy presente en mi vida. Para mí, lo catastrófico en la Shoah es el rechazo de la identidad del otro, el no reconocimiento de su humanidad.





¿Y de qué se trata su obra?

Si se centra en algo, es en la desaparición. Y en el hecho de que toda mi obra es un fracaso. Porque yo intento conservar y nada se puede conservar. Yo tengo grabados 45 mil latidos de corazón y no por eso esos 45 mil seres siguen viviendo, no. Los seres humanos, cuyos latidos yo grabé, están muertos.

Queda la obra.

Hay algo incomprensible en la desaparición tan rápida de los seres humanos. Ahora un hombre, desde Tasmania, filma lo que pasa en mi taller día y noche. Y va a seguir hasta mi muerte. Quiere verme morir en directo. Pero no me va a tener a mí por eso.

¿Qué es lo que vale la pena recordar?

Siempre dije que trabajaba sobre la pequeña memoria. Lo que nos constituye es el hecho de saber dónde se puede comer bien en Buenos Aires por ejemplo. Todas esas cosas mueren con nosotros. Y a partir de los 50, uno puede hacer un museo de su vida, porque se saben tantas cosas, tantas pequeñas cosas. Todas estas pequeñas cosas son las que yo intento preservar.





POR PATRICIA KOLESNICOV Revista Ñ , Clarin.

sábado, octubre 29, 2011

GEORGES BRASSENS....30 AÑOS






  Posiblemente Georges Brassens no hubiera destacado demasiado, ni siquiera hubiera sido conocido...pero tuvo la "suerte" de nacer en una epoca en que ocurren dos guerras mundiales, una recesión, la guerra fría y la carrera espacial...en fin...este viejo lindo que se hacía llamar "el pornografo del fonografo " nació el 22 de octubre de 1921 en Sete, el mismo puerto del Mediterráneo donde había nacido Paul Valery ... En la secundaria ya escribía poesía, editando el libro "A la venvole" en 1942...luego fué descubierto como cancionista con uno de sus propios textos " Los amantes de los bancos públicos ". En 1956 aparece en el filme "Puerta de lilas" de René Clair. Su influencia se siente en músicos tan disimiles como Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Devendra Banhart, Nick Drake, Manu Chao, Ismael Serrano, Leo Masliah, entre otros Su quehacer poetico figura en muchas antologias francesas y universales En Chile existe un exponente de jerarquía que a hecho conocidas sus creaciones en español incluso en Europa...Eduardo Peralta. Brassens era un hombre solitario, agudo, inteligente y sobre todo un observador politicamente incorrecto...no pecó jamas de moderado... el doble estandar, el arribismo, la injusticia con los trabajadores, etc fueron sus temas recurrentes Sus inseparables amigos fueron sus gatos, tenía sobre treinta... muchos recogidos de la calle... Georges Brassens murió el 29 de octubre de 1981 a los 60 años... fué encontrado al día siguiente rodeado de sus gatos.

jueves, octubre 20, 2011

ELLIOTT SMITH...LA DEPRESIÓN EN TIEMPOS DEL GRUNGE ( Y EL AGRO METAL ? )









A mediados de los años 90 y en plena fiebre por el Grunge, el músico y cantautor estadounidense Elliott Smith inicia una carrera en solitario publicando su ópera prima titulada "Roman Candle", un álbum acústico y lo fi en el que Smith vuelca sus propios dolores, la soledad y las cicatrices de una infancia poco feliz, que concentra en la figura del padrastro sus recuerdos más dolorosos y sus letras más rabiosas, conformando un álbum íntimo y personal en lo lírico, desnudo y luminoso en lo musical.
Graduado en Filosofía y Ciencias Políticas en el Hampshire College de Amherst, Massachusetts, Elliott encontró en la música el sentido de su filosofía y la ciencia de su arte, con una timidez e inseguridad en sí mismo que marcarían su proceso creativo y su relación con el mundo de la música, al tiempo que las drogas, los antidepresivos y el abuso del alcohol hacían mella en su personalidad, elevándolo así mismo en la creación.

Al año siguiente del debut en solitario edita el álbum homónimo "Elliott Smith" (1995), una segunda placa con un sonido más maduro respecto al disco antecesor, en el que Elliott parece dar un paso más para la consolidación de su figura como folk singer, pese a que nunca gustó de tal apelativo, con canciones como "Needle in the Hay" y "Single File" abrazó el minimalismo y cosechó críticas positivas respecto a su trabajo. No obstante, sería "Either/Or" su tercer disco, el álbum más aclamado de Smith, con una colección de canciones grandiosas en un disco fenomenal de principio a fin. A estas alturas ya era comparado con Nick Drake, y su amor por The Beatles sería un tema que evidenciaría en cada oportunidad, interpretando en vivo toda vez que podía alguna canción de los cuatro de Liverpool, llegando incluso a grabar "Revolution" y "Because", su versión para esta última sería incluida en el Soundtrack de la película "American Beauty" (Sam Mendes, 1999).






El título "Either/Or" del disco hace referencia al libro del mismo nombre del filósofo y teólogo danés Søren Kierkegaard (recordemos la formación académica de Smith), considerado padre del existencialismo y catalogado como filósofo del "sufrimiento" y la "angustia", por cierto, temas recurrentes en la música de Elliott, quien fuera reconocido como un músico depresivo y gris.

De vuelta al álbum, "Either/Or" cuenta con algunos de los himnos más emblemáticos del músico norteamericano, como "Ballad of Big Nothing" y la maravillosa "Pictures of Me", dos piedras preciosas de un disco que evoluciona del Folk intimista de la primera placa, a un Pop/Folk preciosista de las últimas composiciones, dos piedras preciosas de una placa llena de gemas hermosas y luz, porque si algo hay de particular y contradictorio en la música de Elliott Smith es que a pesar de la oscuridad y tristeza de sus letras, su música exuda luminosidad y colorido, desbordando emociones y sentimientos que conmueven con la fragilidad de su voz gentil y sus melodías dulces y sutiles, como un justo heredero de Brian Wilson y Nick Drake, canciones que suenan al mismo tiempo a susurro y vuelo de pájaro, con coros pegajosos y los momentos alegres más tristes de la música norteamericana.






El impacto mediático que produjo su aparición en los Premios Oscar junto a los buenos comentarios de la crítica (todavía en un nivel muy under) por "Either/Or" llevaron a Elliott Smith a firmar con el gigante Dreamworks Records para grabar un nuevo trabajo, en esta ocasión y como nunca antes, contaba con mayores recursos a su disposición, y esto es algo que se hace bastante notorio al advertir la mayor presencia de instrumentos en el disco, sobre los que sigue predominando la guitarra acústica, con un sonido más "perfecto" y potenciado, lejos del lo fi del "Roman Candle", pero manteniendo el tono íntimo y personal de Smith. El producto de este contrato quedó materializado en "XO", un disco en el que lejos de traicionar su particular estilo, Elliott se reafirma como un enorme creador de melodías cristalinas y canciones maravillosas, con su ya característico juego vocal (la superposición de capas de su propia voz) y letras personales que hablan del amor y su imposibilidad. El disco comienza con otro de los himnos del músico norteamericano, "Sweet Adeline", un suspiro musical de tres minutos de duración, que vence cualquier tipo de defensa ante la emoción. Y es que no es posible resistirse al encanto de Elliott Smith, su música duele y endulza, nos abriga ante el frío de la indefensión y nos gobierna el corazón en la más absoluta de las soledades. Es la música hecha desnudez. Canciones como "Waltz #2", "Independece Day", "Bled White", "Waltz #1", "Bottle up and explode!" y por supuesto "Amity", se erigen entre las más importantes dentro de esta publicación, el cuarto disco del ex Heatmiser, que marca una transición entre la melancolía de "Either/Or" y el tono más alegre de su siguiente masterpiece "Figure 8".

Triste y alegre al mismo tiempo, desde los momentos más íntimos y acústicos de "Somebody That I Used to Know" al Rock más enérgico de "L.A.", el quinto disco de Elliott Smith titulado "Figure 8" es una explosión de colores y piel, un respirar profundo por debajo del agua... "Son of Sam" es la encargada de abrir esta placa magistral, con la honesta conciencia de un músico mostrándonos el interior de sus venas, íntimo, honesto y hermoso, muy por lejos de esa sensiblería de pasarela de ciertos grupos emos y su emotividad mercantilizada. Canciones como "Everything Means Nothing To Me" que parten pequeñitas y sencillas, no hacen más que crecer y crecer mientras avanzan, como un mantra repetido frente a una fuente de agua que funciona como espejo, dejándonos suspendidos a escasos centímetros del suelo. A esta purificación musical le siguen canciones enormes como "Stupidity Tries", "Easy Way Out", "Wouldn't Mama Be Proud?" y "Happines (The Gondola Man)", aunque en honor a la justicia, debiéramos mencionar cada uno de los 16 tracks que conforman "Figure 8", una verdadera obra maestra.










El 21 de Octubre del año 2003, con 34 años de edad, Elliott Smith ponía fin a su existencia infiriéndose dos puñaladas en el pecho. Como siempre ocurre en este tipo de casos, su muerte ha quedado en una especie de nebulosa, en la que no queda absolutamente claro si se trató realmente de un suicidio o si es que fue asesinado, las sospechas recayeron principalmente sobre Jennifer Chiba, novia de Smith en ese momento. Lo cierto es que ese 21 de Octubre la voz de Elliott y toda su melancolía y genialidad emprendieron viaje hacia otro sitio... aunque todavía quedaban publicaciones por venir.

Hasta el día de su muerte Elliott Smith estuvo trabajando en el que debía ser su sexto trabajo en estudio, que se cree estaba pensado para ser lanzado como un disco doble, álbum que finalmente se convertiría en un disco póstumo titulado "From a Basement on the Hill", un disco del cual se dice la familia del músico descartó las canciones más depresivas y oscuras, y que si bien es un álbum tremendamente hermoso y delicado, siembra la duda si era realmente lo que Elliott tenía en mente publicar.

"From a Basement on the Hill" posee un sonido limpio y cristalino, en el que brillan canciones de belleza brutal como "Coast to Coast" y la dulce "Pretty (Ugly Before)" con sus líneas de patito feo enamorado "El brillo solar / ha estado manteniéndome por días / No hay ninguna noche / es sólo una fase pasajera / y me sentiré hermoso / otra hora más o dos / me sentía tan feo antes / No sabía qué hacer". Sólo 15 canciones fueron publicadas en este disco, de un total estimado en más del doble, muchas de ellas posteriormente se filtraron a través de Internet, entre canciones inacabadas, tomas alternativas y melodías a las que sólo les faltó la voz. Cortes como "A Fond Farewell", la fantasmal y contundente "King’s Crossing" que emociona hasta las lágrimas con el texto "No puedo estar más preparado / para la muerte de lo que ya estoy", la hermosa balada "Twilight" y "A Passing Feeling" son un verdadero bálsamo musical, muestras de la contundencia creativa de un músico extraordinario, que supo brillar con humilde honestidad en un mundo de flashes y falsas emociones, elevándose calladito como uno de los músicos más importante de los 90s.







Pero aún quedaba más... una enorme colección de canciones que fueron recopiladas en un álbum doble titulado "New Moon", lanzado el año 2007 y que pone en el mapa musical el segundo disco póstumo de Smith que incluye canciones nunca antes editadas, un hechizo del tiempo que recoge pequeñas joyas descartadas, segundas versiones, gemas preciosas desnudas tal como fueron paridas al mundo, sin intervención ni maquillaje..

¿Cómo es posible que una persona con tanto dolor, pueda hacer brotar de sí mismo tanta belleza?, la música de Elliott Smith es una clase nueva de dulzura, la cruza perfecta entre Nick Drake, The Beatles y Simon and Garfunkel... Una instantánea única de un fenómeno musical que transita por la vereda de enfrente, que no requiere de luces de neón para encandilar por cuenta propia, y que se conserva como un enorme tesoro musical unido al corazón, a los dolores de la vida... y a los recuerdos de la muerte


Por Tuli Nurmi
Absenta Musical.

jueves, octubre 13, 2011

JOHN LENNON





Nos hicieron creer que el “Gran Amor” sólo sucede una vez,
generalmente antes de los 30 años.

No nos contaron que el amor no es accionado,
ni llega en un momento determinado.

Nos hicieron creer que cada uno de nosotros
es la mitad de una naranja,
y que la vida sólo tiene sentido
cuando encontramos la otra mitad.

No nos contaron que ya nacemos enteros,
que nadie en nuestra vida merece
cargar en las espaldas la responsabilidad
de completar lo que nos falta.

Las personas crecen a través de la gente.

Si estamos en buena compañía es más agradable.

Nos hicieron creer en una fórmula llamada "dos en uno":
dos personas pensando igual, actuando igual...
que era eso lo que funcionaba!

No nos contaron que eso tiene un nombre: anulación.

Que sólo siendo individuos con personalidad propia
podremos tener una relación saludable.

Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio
y que los deseos fuera de término, deben ser reprimidos.

Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados.

Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz,
la misma para todos, y los que escapan de ella
están condenados a la marginalidad.

No nos contaron que estas fórmulas
son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes,
y que podemos intentar otras alternativas.

Ah, tampoco nos dijeron que nadie
nos iba a decir todo esto: cada uno lo va a tener que descubrir solito.

Y entonces, cuando estés “enamorado de ti mismo"
podrás ser feliz y te enamorarás de Alguien.

Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor
aunque la violencia se practica a plena luz del día.


John Lennon - (Liverpool, Inglaterra, 9 de octubre de 1940 – Nueva York, Estados Unidos, 8 de diciembre de 1980)

sábado, octubre 08, 2011

Muere Bert Jansch......el último folk singer de la tierra





Ha sido uno de los músicos más influyentes del rock del siglo XX pese a autodenominarse un folk singer. homenaje con una entrevista inédita.




Fue una de las leyendas tranquilas del rock pese a estar enamorado de una guitarra acústica y haber sido reconocido como una figura del folk del siglo XX. Bert Jansch ha muerto hoy víctima de un cáncer de garganta a la edad de 67 años. Fue un virtuoso alabado por el líder de Led Zeppelin, Jimmy Page; Neil Young y el miembro de los Smiths Johnny Marr. Homenaje recuperando una entrevista nunca publicada y que se realizó cuando el músico visitó Zaragoza en 2008 para un concierto.
Bert Jansch farfulla una respuesta ininteligible cuándo se le pregunta por Led Zeppelin. En un par de ocasiones Jimmy Page ha hecho suyos arreglos y composiciones de Bert sin acreditarle a pesar de sus repetidas y públicas alabanzas al folk singer escocés y seguramente no le hace gracia recordarlo.
Lo mismo que sus afamados rivales, acaba de reunirse la formación original de Pentangle, el supergrupo folk que formó Jansch en 1966 con John Renbourn, guitarrista místico y lírico, una cantante de de voz fresca y deliciosa, Jacqui McShee, y dos artesanos del jazz británico: Danny Thompson, contrabajo, y Terry Cox, batería.
Pregunta. ¿Cómo surgió la idea de la reunión de los Pentangle originales y qué tal ha funcionado?
Respuesta. Hace un año surgió la idea de volver a poner en marcha el grupo original y después de muchas negociaciones nos hemos reunido para algunos conciertos, como el del Royal Festival Hall de Londres, que han funcionado maravillosamente bien. Ha sido fantástico.
P. ¿Van a volver a grabar?
R. Quizá sí, existe esa posibilidad, por supuesto. Pero todo el mundo sigue con sus actividades particulares y va a resultar difícil…
P. ¿Cómo explica que su música sea ahora más popular que nunca?
R. ¡Ja, ja! No sé cómo responder… Supongo que cada nueva generación me descubre a través de sus padres o lo que sea.
En 1965, el primer disco de Bert, grabación casera de su voz y su guitarra, vendió 150.000 copias. Incluía el memorable Needle of Death, sobre el entierro de un amigo heroinómano. Inmediatamente, edita It Don't Bother Me, mientras en Estados Unidos sale la recopilación Lucky Thirteen que tanto impactó a Neil Young, admirador declatado de Bert. En 1966 el dúo de Bert con el único guitarrista acústico que podía hacerle sombra, John Renbourn sería el germen de Pentangle. La reputación del quinteto llevó a Bert a la Isla de Wight, el Fillmore y el Royal Festival Hall pero tras su disolución en 1973 vinieron años oscuros en los que los poderes de hecho musicales condenaron al ostracismo al folk y seguir las aventuras musicales de Bert y sus compañeros se hizo imposible. Mejor Toyah.
P. ¿Puede describir su música para los lectores que no le conozcan?
R. Básicamente soy un guitarrista. Un cantante y guitarrista… Músico de folk.
P. ¿'Folk singer' o cantautor?
R. Empecé cantando folk a los 16 ó 17 años. Por esa misma época empecé a componer, así que supongo que soy las dos cosas.





P. ¿Mantiene todas sus canciones en el repertorio de directo?¿Qué canciones de su discografía podría tocar si se lo pedimos?
R. Tengo en la cabeza mis favoritas y, si Johnny Marr o Bernard Butler quieren algo diferente, tengo que volver a aprendérmela antes.
Los ídolos de nuevo cuño no tienen miedo de reconocer pública y generosamente su admiración por el guitarrista escocés que, llegado el cambio de siglo, se vió arropado por la crème de la crème de la música comercial inglesa. Un documental Dreamweaver y una biografía Dazzling Stranger le retratan como un Sal Paradise solitario e inconformista que recorre el mundo guitarra al hombro y cargado de alcohol y hasta los mamelucos más vacuos de la música inglesa le persiguen.
P. ¿Es verdad que ha tocado con Pete Doherty?
R. Sí… Muy divertido…
P. ¿Ha sido su amistad con Johnny Marr y Bernard Butler el cebo para atraer al público cool?
R. Mmm (farfulla)… Es también bueno para ellos.
P. ¿Cuántas veces ha estado en España?
R. A lo largo de los años he estado varias veces en España… No puedo recordar cuántas… Estuve aquí muchas veces en mis tiempos de autoestopista.
P. ¿Qué conoce de música española?
R. No conozco mucho… Segovia sería mi favorito.
P. ¿Con cuántas guitarras viaja?
R. Con una.
P. ¿Y con todos los controles de los aeropuertos, le dejan subirla al avión?
R. Depende de la compañía. Viniendo hacia aquí ha sido perfecto porque me han permitido subirla como equipaje de mano, lo cual está muy bien porque me tranquiliza tenerla a la vista o al menos saber dónde está




( 3 de noviembre de 1943- 5 de octubre de 2011 )

fuente : elpais.com

viernes, septiembre 30, 2011

ROBERT WYATT...DESDE LA TRINCHERA DE LA INDEPENDENCIA.





"En septiambre de 1998 tuve la oportunidad de entrevistar a Robert Wyatt telefónicamente para la revista Esculpiendo Milagros. En aquel momento, el ex Soft Machine acababa de editar otro notable álbum solista llamado "Shleep", pero la conversación muy pronto se salió de los carriles musicales para abarcar la actualidd social y política de Inglaterra, Argentina y el mundo y también para poner en perspectiva el rol de la música de rock en la sociedad visto a través del ojo crítico de este notable artista. Norberto Cambiasso, director de Esculpiendo Milagros, colaboró estrechamente con el cuestionario, de allí que comparta derechos de autor en este reportaje.



Antes que nada me gustaría que nos cuente acerca del proceso que derivó en el álbum Shleep.


Bueno, yo no soy un escritor veloz. Originalmente yo no tenía intención de ser un compositor o un cantante o un tecladista. De hecho ni siquiera quería ser un músico cuando era adolescente. O sea que el hacer música es un proceso laborioso para mí, desde el punto de vista técnico. De todos modos, cada tantos años reúno suficientes canciones o sucede que, con la ayuda de otra gente, por ejemplo, en la mitad de las canciones escribo la música y mi esposa Alfie hace las letras. O a veces escribo la letra de piezas musicales que hacen otras personas que no cantan, por ejemplo, Philip Catherine tiene una hermosa canción llamada "Mariane" pero él es un guitarrista que no canta. Así que yo le puse letra al tema y la canté. Otro caso es el de Hugh Hopper que casi nunca canta, así que yo canto sus temas. Así que con este tipo de ayuda, reúno bastante material como para llenar un álbum.


Yendo al álbum en sí, la canción "Free Will and Testament" parece toda una toma de principios filosóficos respecto del tema del libre albedrío frente a lo que podríamos llamar predestinación.


Esa canción fue escrita en un momento mío que puedo describir como de "colapso mental", a mediados de los 90. Y una de las maneras que encontré para enfrentar ese momento, fue tratar de intelectualizar mis emociones para sacarlas afuera. Intenté describir en la forma más calma y más cool que pudiera el tipo de ansiedades que me asaltaban. Digo esto porque no puedo ufanarme de tener ningún tipo de entrenamiento académico en filosofía. Un filósofo profesional probablemente diría que la cuestión no fue encarada en la forma correcta, que las ideas son viejas o algo así. No pretendo estar haciendo aquí una contribución seria al debate filosófico. Sólo estaba tratando de lidiar con la paradoja de que constantemente se nos dice que debemos ejercitar nuestro libre albedrío -nos lo dice la iglesia, la derecha política, en fin, todo el mundo- y al mismo tiempo nuestras circunstancias, comenzando con quienes somos y dónde y cuando nacemos, en mi opinión ya parecen prefijar nuestras posibilidades de antemano. O sea que esa idea que tenemos de que somos tan libres, es falsa.


Ahora bien, en el pasado, Usted ha sido muy crítico del neo-conservadorismo en Gran Bretaña. ¿Cómo ve ahora este neo-laborismo que encarna Tony Blair?

Es que no hay tal transición. La única transición se da sólo en el nombre. (risas).


Estaba por preguntarle hasta qué punto Tony Blair ha respondido a las expectativas de la gente...

Bueno, yo no puedo responder por otras personas. Pero hay una cosa que es peor en mi opinión. En los viejos tiempos había un partido opositor, aunque no ganase las elecciones. Ahora, todos los partidos apoyan más o menos el mismo tipo de gastado sistema de Thatcherismo Reaganómico, o alguna variante del mismo y estemos de acuerdo o no con él, no tenemos posibilidad de elección, porque todos los partidos, de un modo u otro, aceptan ese modelo. Como consecuencia, cualquiera que este disconforme con este estado de cosas, simplemente se cae afuera del sistema.


Hubo una época a fines de los años '60 cuando, por lo menos visto desde la distancia, pareció que algunas formas de arte inglés -el cine de Lindsay Anderson, el teatro de Joe Orton, el rock de Canterbury en el cual usted tuvo un rol preponderante- compartían una visión que era anti-Establishment e interrelacionaban la una con la otra. ¿Qué nos puede decir al respecto?


Bueno, para ser honesto, se me hace difícil responder acerca de ese período en particular porque yo estaba viviendo y estaba trabajando y desde adentro la visión no es tan romántica. Tengo por supuesto registrados en mi memoria períodos románticos o inspirados pero generalmente asociados a experiencias por las que pasé personalmente. Asi que por ejemplo mis ideas acerca del pensamiento aventurado en el arte y en la política vienen más bien de la generación de mis padres, en la primera mitad del siglo. La época de Picasso, Modigliani, Einsestein y Lenin. Ese es para mí el período romántico y en ese sentido creo que soy bastante más "viejo" de lo que podías esperar de alguien de mi generación. No soy un muchacho del rock and roll o de esa cultura, o de las cosas que pueden asociarse con mi generación. Soy un hijo del jazz y del alcohol... (risas).


De cualquier manera mucha de la gente que escribe para nuestra revista y buena parte de los lectores crecieron en una época en que se suponía que la música de rock o como quiera llamársela, debía ser rebelde o al menos sospechar de la autoridad. Debía oponerse a la guerra, el Apartheid y la discriminación racial. Este germen de incorformismo parece haber desaparecido estos días. ¿Cree usted que existe todavía un rol social para la música popular?

Bueno, lo que ocurre es que yo no veo la premisa original de tu pregunta de la misma manera. Y te digo por qué. A pesar de que esa era la retórica de la época, la realidad es que la autoridad cultural transatlántica del mundo angloparlante adqurió una monstruosa hegemonía sobre el resto del mundo. Y de hecho había un montón de retórica acerca de la libertad y la diversidad, pero la realidad es que el mundo de la música, del pop, de la moda y del cine atravesaban una era de expansión económica extraordinaria para la industria cultural angloamericana. Y por consiguiente eso creaba la creencia en la gente de otras partes del mundo de que su propia cultura era vieja, inferior e irrelevante. Así que en ese sentido yo lo veía como otro tipo de camouflage para nuestra vieja forma de colonialismo cultural. Me cuesta siquiera considerar la idea de ese movimiento haya sido radical en algun sentido. Acepto que haya inspirado a alguna gente pero lo asocio con lo que ocurrió en tiempos pasados con la iglesia, por ejemplo. La iglesia siempre estaba en expansión y, en teoría, lo hacía por el Hombre, por el hombre común, por todos, para darle a los pobres, a los que no tenían voz, una voz, una dignidad. Pero en realidad la iglesia fue organizada desde enormes bases de poder, como el Vaticano en Roma o las iglesias evangélicas norteamericanas hoy en día, que tienen una base bien política y económica y, de hecho, son muy colonialistas y despreciativas de otras ideas de religión o de Dios o de la no existencia de Dios. O sea que lo que representaba esa corriente cultural inglesa a la que aludías y lo que era en realidad, me parecen dos cosas realmente distintas. Así que no puedo contestar la segunda parte de tu pregunta...(risas)


Hablando de diversidad cultural, su álbum "Nothing Can Stop Us Now" es un buen ejemplo de la música folk de diferentes países con un fuerte contenido político...


La idea de hacer ese disco me vino, en parte, de las ideas que acabo de describirte. De la sensación de que estábamos excluyendo a mucha gente... Y que mientras en nuestra propia cultura había gente que deliberadamente se excluía por la forma en que se comportaban o por la forma en que vestían y que por eso presentaban una imagen de mártires al mundo, vos sabés, de jóvenes héroes del rock and roll, en otras partes había gente como el cantante Victor Jara en Chile, a la que estaban asesinando. Pero como no hacía rock and roll, no resultaba interesante... Y yo pensé: 'esto no me parece bien' . Hay que hacer algo al respecto. La gente de Latinoamérica sabe todo acerca de los Beatles y Elvis Presley, tal vez haya llegado la hora de devolver el cumplido y escuchar a gente como Violeta Parra. Y no solamente a artistas políticos. Por ejemplo me gusta saber que por fin se ha despertado en tu país un nuevo interés por el tango y no solamente por Astor Piazzolla y el avant-garde sino por las raíces. Creo que eso es algo saludable, que la gente este redescubriendo la cultura de sus ancestros. Pienso que eso sí es radical. Eso me gusta porque aunque en la superficie parezca que es algo narcisista, pienso que es una declaración de independencia y variedad en una industria que está tratando de homogeneizar a todo el mundo.


Esa homogenización se hace obvia en...


Todas las cosas. Todos tenemos que comer en McDonalds aunque sea una mierda... (risas)


Esto me lleva a mi próxima pregunta. ¿Alguna vez se ha sentido discriminado en la industria musical por sus creencias políticas?


Esa es una pregunta interesante. No, no es así como se hacen las cosas en Inglaterra, aunque una vez con el tema "Arauco", el productor de la BBC quería pasar el tema en el servicio de difusión mundial, me dijo: "mirá, yo no hablo español. Quiero que me prometas que este disco no dice 'maten al dictador' o algo por el estilo" (risas). "Porque si dice algo por el estilo, no podemos pasarlo". Pero sólo en situaciones como esa [se vislumbró la censura]. Pero creo que hay uno o tal vez dos elementos radicales instintivos en la industria musical -porque tal vez suene demasiado duro con ellos, la gente que está adentro es inocente- hay dos cosas que son muy importantes que mantienen el filo democrático y radical de la gente y es que en primer término, la mayoría de la música popular inglesa y estadounidense ha sido inspirada por norteamericanos negros y si bien ese no es el único input, es imposible imaginar cualquier estadío de la música popular moderna ya sea zapateo americano, o jazz, o swing o rhythm and blues o cualquier cosa que haya venido después incluyendo el avant-garde, sin una inyección seminal de ideas de parte de Latinoamérica, el Caribe y Africa. Esa es una de las cosas que vuelve a la gente del rock instintivamente anti-racista. Y la otra cosa es que muy a menudo, debido al hecho de que es una música que no requiere entrenamiento en un conservatorio o aptitudes musicales superlativas, a menudo la toca gente proveniente de la clase trabajadora o sea que en el plano general es un poco como la proyección moderna de la música folk.. Es la música de la gente. Nosotros somos la gente. Y esos dos elementos hacen que, en general, la gente que está dentro de la industria, aunque se sientan incómodos por personas como yo por mis convicciones políticas, tienden a defenderme. Y me pasa que hay gente que me trata muy amistosamente cuando se dan cuenta que no los voy a incomodar tratando de hacer proselitismo entre otros músicos ni tampoco en público.




En esta década aunque no ha sido demasiado prolífico, oímos que ha colaborado en España con varios músicos locales.

No demasiado. Un poquito. No fue mi idea. Con mi esposa estuvimos viviendo en España por dos razones. Alfie, mi esposa, tenía algunos libros de niños para ilustrar y sucede que la luz en España es mejor que la luz en Inglaterra en el invierno para pintar. Y conseguir un lugar de vacaciones en España en invierno es muy barato. Es más barato que pagar las facturas de calefacción y de luz en Inglaterra, así que... Y la otra razón es que querían hacer un programa acerca de mi para la televisión catalana. Así que nos pagaron el viaje a Barcelona y nos quedamos unos seis meses porque nos gustó mucho el lugar. Y lo que más escuchamos fue la música de los "emigrantes" del sur. Los andaluces y la gente de Extremadura. Compré montones de cassettes. Allí también les gusta la música mexicana, cubana y argentina allí, así que también escuchamos esas cosas. Pero había también un grupo llamado Claustrofobia, un muy buen dúo, creo que del sur, pero trabajaban en Barcelona con quienes canté un par de cosas y también compuse un poco de música para la televisión de Cataluña independientemente, música que podían usar. Más tarde hubo otro proyecto en España que realmente disfruté. El 98 fue el año del centenario del nacimiento de Federico García Lorca y el Ayuntamiento de Granada, que fue donde el poeta vivió y donde fue asesinado, organizó un CD doble de diferentes artistas poniéndole música a poemas de Lorca. Principalmente artistas españoles pero también me pidieron a mí, a Michael Nyman y a John Cale, Neneh Cherry, un par de cantantes flamencos y Maria del Mar Bonet, de Mallorca y demás. Esto fue un disco doble y después de grabar mi tema me invitaron a a la presentación en el Teatro de Granada. Yo no toqué, porque no hago conciertos actualmente, pero fue genial estar ahí y ver cantar por ejemplo a Imperio Argentina que tiene noventa y tantos años y que también participó del disco y a Compay Segundo, de Cuba, que cantó un poema local acerca de "irse a La Habana". Vimos a toda esta gente y fue fantástico,,, Hasta mi bajista actual, ......., que es colombiano y un devoto de Lorca hizo un tema en el espectáculo.

Más recientemente también grabé con la banda de un saxofonista italiano, Camardi, oriundo de Padua, quien hizo un disco a beneficio de un diario comunista italiano. Canté en español "Hasta Siempre Comandante", la canción de Carlos Puebla, el compositor cubano recientemente fallecido.


A través de los años usted ha colaborado mucho con Michael Mantler en muchos proyectos como "Silence", de Harold Pinter, "The Hapless Child", de Edward Gory y recientemente esa especie de ópera "The School of Understanding". Podría contarnos algo acerca de esta relación con Michael Mantler y especialmente acerca de este último trabajo.

Como no, pero como te decía antes soy un hombre mayor y me olvido de algunas cosas. Estoy feliz de poder hablar de Michael Mantler. Lo conocí a través de [su por entonces esposa y socia musical] Carla Bley, quien estuvo en Londres poco tiempo después que terminé de grabar mi álbum "Rock Bottom". Carla estaba buscando gente que fuese capaz de cantar su música, gente que se apartase del molde tradicional del circuito de jazz o jazz-rock a la que estaba acostumbrada en Nueva York. Carla oyó "Rock Bottom" y se lo hizo escuchar a Michael. Les gustó mi voz y así es como empecé a trabajar con Michael Mantler. A propósito, hace poco, me llamaron por teléfono para comentarme que hace unas semanas hubo un concierto en el club Knitting Factory, de Nueva York, donde muchos músicos tuvieron la amabilidad de dedicar una noche a mis composiciones, incluyendo un par de temas cantados por Karen Mantler, que es la hija de Carla y Michael y que es una gran artista también. Así que ha sido muy grato el mantener esa conexión con la familia Mantler.


El argumento de "The School of Understanding" es fascinante...

Bueno, yo lo acepté desde el principio. Mantler es una persona muy considerada. A pesar de que ha pasado muchos años en Estados Unidos, es austríaco y ahora vive de nuevo en Europa, ya que él y Carla se han separado. De hecho Carla vive ahora con el bajista Steve Swallow y Michael tiene una novia creo que en Dinamarca, así que va y viene de Dinamarca a Francia donde también vive. Para su fortuna, el año pasado o el anterior fue un año "cultural" para Dinamarca y el gobierno repartió fondos para realizar proyectos artísticos, discos y recitales. Michael Mantler escribió "The School of Understading" para ellos y es la primera vez que usa sus propios textos. Anteriormente había usado textos de otros escritores como Paul Haines o Harold Pinter. Fue una movida muy audaz. Si te ponés a pensar, no hay nadie como Michael Mantler. Ha inventado su pequeña leyenda. Y lo admiro mucho por eso.


Una pregunta acerca de la composición. Hay escritores que todavía necesitan rodearse de su desvencijada máquina de escribir y pintores que necesitan un ambiente especial para crear. ¿Tiene ustedes hábitos de composición establecidos? ¿Cómo escapa de la rutina?

Yo dependo de la rutina. Amo la rutina porque me es útil. Si puedo levantarme, comer el mismo desayuno, sostener una pequeña conversación acerca de lo que está pasando o sobre alguna película con Alfie y luego ir al cuarto de música y escuchar algunos discos viejos de jazz y después ponerme a tocar junto con los discos y después seguir tocando solo... Es una rutina muy simple y doméstica pero es lo que mejor funciona para mí. Al no tener grandes conocimientos musicales, tengo que estar en el cuarto de música para probar alguna idea en el piano o la trompeta...


Usted maneja muy bien los juegos de palabras. ¿Qué porcentaje de las letras atribuye a la coincidencia o al azar, por ejemplo, el pensar en una palabra en particular y escribir otra que suena parecida? ¿Qué incidencia tienen estos pequeños, llamémoslos errores, en su trabajo? ¿Los corrige invariablemente o los integra?

Bueno, hay una parte de mí que es en realidad un escritor cómico. Me gusta hacer jueguitos con las palabras. Siempre lo he hecho porque es así como funciona mi mente, no es algo deliberado o que obedezca a alguna teoría, pero sé que lo estoy haciendo. Por ejemplo, uno de mis libros favoritos es un diccionario de etimología y me interesa mucho ver los diferentes procesos por lo que atraviesan las palabras y cómo los significados van cambiando o como cambian los sonidos de un idioma a otro. Me gusta la idea de agilizar el proceso y de llegar al punto en que se produzca algo así como el "dialecto de un sólo hombre", que haga evolucionar el lenguaje de una manera completamente distinta. Me encanta porque hay muchos estímulos en eso.

En Inglaterra los inmigrantes han estimulado el idioma en forma enorme, como por ejemplo, cuando llegó un importante número de judíos a principios de siglo e introdujeron expresiones extrañas del Yiddish al inglés o más recientemente los jamaiquinos han hecho lo mismo, han refrescado el idioma y lo han usado en forma diferente. Siempre me gustó eso. Te hace escuchar cosas nuevamente y te hace pensar de nuevo en el significado de las palabras.

Lo que yo hago no es profundo. Es muy infantil. Simplemente me gusta jugar con las palabras.






¿Eso se refleja también en el título de su último álbum, "Schleep"?

Claro. Creeme, todavía no sé qué quiere decir. (risas). Me hizo reir y eso basta para mí.

A veces la alternación de palabras como el caso de "Dondestan" de "Dónde están", "Donde estamos" "Donde estoy" o lugares que no existen pero que quieren existir como "Kudestan". Quise dar una idea de la fragilidad de la nacionalidad pero también "Dondestán", dónde están todos estos lugares en un mundo tan móvil. Entonces, estos juegos de palabras no quieren decir nada desde el punto de vista racional pero significan mucho para mí.


Veo que mucho de sus antiguos discos están siendo reeditados en estos días a través del sello Rykodisc. Me gustaría preguntarle qué fue de "The End of An Ear", su primer álbum solista, ¿ese disco también saldrá?

No, porque desgraciadamente no podemos recuperar ese disco, que pertenece a la época en que yo estaba bajo contrato con CBS. De cualquier manera, existe un sello francés que lo ha reeditado. Me alegra que te interese "The End of an Year" porque fue un disco importante para mí porque me abrió nuevos caminos hacia los cuales quería dirigirme musicalmente.


Nos gustaría tener una primicia acerca de lo que está haciendo Robet Wyatt en estos días, ya sea musicalmente o en otros terrenos.

Como no. Te mencioné que había recibido una llamada de Nueva York diciéndome que habían tocado mi música en The Knitting Factory. Y hay dos o tres artistas que tocan cosas mías regularmente. No porque esté muerto, espero, (risas) sino porque yo no doy conciertos. En este momento hay un grupo en Italia, llamado CPI que ha coordinando un puñado de grupos y solistas italianos que han grabado un CD completo con mis canciones o canciones que yo he grabado como uno de Pablo Milanés, y cosas así. Espero ir a uno de los conciertos donde lo van a presentar. Es muy interesante observar a gente que toca mis canciones y a quienes yo ni siquiera conozco y que incluso pertenecen a otras generaciones.

Quizas suene vanidoso pero es muy emocionante para mí. Es como la versión musical de conocer de enterarte de repente que tenés nietos e ir a conocerlos...una sensación de extensión más allá de uno mismo.

El primer grupo que, según me enteré, hizo algo así con mis temas fue una banda austríaca llamado Some More Extended Versions, los cuales hicieron un LP de mis canciones y hay alguien que tiene programado hacer algo en Inglaterra durante 1999 también con mis composiciones. Están buscando alguien para cantarlas, quizás sea Julie Tippett, está por verse. La posible coordinadora del proyecto es Annie Whitehead, la trombonista de "Schleep", una vieja amiga mía.

En este momento, como la grabadora Rykodisc ha reeditado mis viejos álbumes muy rápido, Alfie (Alfreda..., su esposa) ha estado muy ocupada diseñando las portadas y la gráfica de las nuevas ediciones en CD, modernizándolas cuando parecía necesario. El último de estos proyectos fue la salida de una caja con todos mis EP's, que tienen temas como "Shipbuilding" y todas esas otras canciones que no están en los álbumes.

Aparte de eso sigo simplemente tratando de escribir melodías y palabras, como siempre..."


Ya que hablamos de las reediciones, nos gustaría que nos hagas una reflexión sobre cada uno de estos álbumes de tu carrera que están apareciendo de nuevo, comenzando por "Rock Bottom".

Bueno. La gente piensa que "Rock Bottom" fue un disco triste porque fue mi primer disco grabado desde una silla de ruedas pero en realidad no fue triste para mí. Sentía una especie de euforia por el mundo completamente nuevo en el que me encontraba. El día que salió me casé con Alfie, así que fue todo un período muy romántico para mí y además lo asocio con músicos con los que me encanta trabajar, como Mongezi Feza, Fred Frith y demás. Por esas razones fue un disco feliz.

"Ruth Is Stranger Than Richard" fue, en cierto sentido, un intento de agradecerles a los músicos que habían participado en "Rock Bottom" y a otros más y por eso quise que la participación de esos músicos fuese más intensa, como ejecutantes y como improvisadores. Por eso el disco empezaba con una composición de Fred Frith, "Muddy Mouse", y también hacemos un tema de Mongezi Feza, "Sonia", y cosas así. La idea fue formar un grupo en el estudio de grabación, en el cual yo soy un músico más.

Con "Nothing Can Stop Us" yo no traté de hacer un LP o un CD para la posteridad. Originariamente fue como hacer "periodismo musical", o sea que yo grabé unas pequeñas canciones para el sello Rough Trade y, aunque no suenan para nada como música punk, el método punk de darle para adelante, sin importar los errores, era justo lo que yo necesitaba en ese momento. Jeff Travis de Rough Trade me dejó hacer simplemente eso con un puñado de canciones de autores ajenos al marco de referencia rockero, para demostrar que yo estaba buscando, para mi inspiración, elementos que se encontraban completamente afuera de la cultura rock. Como te decía antes, yo me sentía nervioso acerca del narcisismo cultural de la escena rock angloamericana. Es por eso que incluso incluí un grupo bengalí para acompañarme en uno de los temas.

Después decidí hacer un disco totalmente solista que fue "Old Rotterhat". Un simple ejercicio en composición de canciones. Hacer la música, escribir la letra, tocar los temas y cantarlos. Quería comprobar qué era lo que podía hacer solamente con mis propios medios y con un presupuesto mínimo. Y eso fue lo que hice, muy simple.

El álbum "Dondestan" decidí remezclarlo. Cambié un poco el órden de los temas y puse el énfasis en algunos aspectos diferentes del álbum. Y en cuanto a la caja "EP's by Robert Wyatt", cada uno de los EP's dura alrededor de 20 minutos y hay uno que va a contener parte de la banda sonora del film "Animal Justice".


Mucha gente habla de la llegada del Milenio y del hecho de que el mundo está pasando por otra crisis global, no sólo económica y política sino también espiritual.



¿Qué nos puede decir al respecto?

Bueno, como habrás comprobado por una pregunta anterior acerca del rock en los años 60, yo no acostumbro a ver las cosas exactamente de la misma manera. No conozco suficiente gente como para formular declaraciones sociológicas con alguna autoridad (risas). Pero hace diez años dije que la economía de la Unión Soviética se iba a poner realmente muy dificil para los pobres como la de Brasil y la gente se reía de mí, pero eso es lo que está sucediendo. Lo cual no me pone feliz; preferiría haberme equivocado. Y ya que los capitalistas son ahora la única gente con poder en el mundo, espero que resulten mucho mejor gente de lo que yo creo que son. Mucho más filántropos. Y creo que está habiendo un reconocimiento de parte de Clinton y otros líderes que la política de las Reaganomics y del Thatcherismo han sido desastrosas para el sudeste asiático, para Rusia y ahora para Brasil y Venezuela y para Africa. La costumbre monetarista, del sistema bancario de occidente, de decirle a todo el mundo cómo controlar sus economías no ha funcionado. Es algo que tiene que cambiar radicalmente. Bueno, nada va a cambiar radicalmente pero al menos hay algún tipo de reconocimiento de que la Escuela de Chicago de Ingeniería Económico-social que puso a Pinochet en el poder ya no es aceptable socialmente. Que el precio es demasiado alto en vidas humanas. Hasta los norteamericanos se están poniendo nerviosos ahora con el colapso de las economías del sudeste asiático, de México y demás.

En ese sentido es una enfermedad pero una enfermedad saludable porque le va a permitir a la gente liberarse del sueño de la derecha.

En cuanto al Milenio, yo no reconozco el Milenio, no soy cristiano. No existe el Milenio si sos musulmán, no son 2000 años DC si sos musulmán y hay un montón de otras religiones para las cuales el Milenio no significa nada porque DC quiere decir "después de Cristo" y eso tiene relevancia para los cristianos.



¿Cómo encaja la actual situación británica en este estado de cosas?

Es difícil de explicar. Viste lo que dicen sobre los generales que el problema con ellos es que están siempre peleando la guerra anterior, no la de ahora. Y el problema con los políticos laboristas es que han estado fuera del poder tanto tiempo, que ahora están tratando de ser extremadamente Reaganómicos. De hecho todos aquí en Inglaterra están hartos de las Reaganomics pero los laboristas están tan aterrorizados de ser vistos como cualquier variedad de izquierda que se han vuelto más derechistas de lo que hacía falta. Y eso me parece a la vez estúpido y cobarde, como esos viejos generales que dicen "oh, si tan solo hubiese peleado aquella guerra de esta o esa manera, la hubiese ganado..." y es así como salen a cargar contra los tanques montados a caballo... Los laboristas quedaron traumatizados por fracasos electorales anteriores. De todos modos, en tiempos de absurdos gubernamentales surgen grandes comediantes y satiristas. Parece que es la única gente que habla con sentido común.




Le preguntaba esto porque la situación inglesa tiene alguna similitud con la argentina, donde hay una oposición que, en un año electoral, no se decide a prometer ninguna medida drástica y ya están diciendo que no habrá ningún cambio radical en la economía, de modo de no asustar a los grandes poderes. ¿Qué clase de oposición es esa?

Esa ni siquiera es una situación nueva. Es por eso que me fui a los extremos en los años 80 y finalmente me uní al partido comunista. Podía ver lo que los demás criticaban acerca del partido comunista pero estaba totalmente exasperado con la absoluta parodia que pasaba por oposición... Es una verdadera vergüenza; demuestra una ausencia total de coraje y es a la vez un grosero insulto a los millones de personas que no son empresarios ni tienen un puesto ejecutivo.


Esto también es cierto en cuanto a la música, al modo en que el rock es un producto del Sistema. Estaba pensando que hay tan poca gente que sabe, por ejemplo, de la existencia de "Rock In Oposition" y otras formas alternativas de música.

Exacto, totalmente de acuerdo. Ese es un muy buen ejemplo. Incluso ahora tenés un montón de gente dentro de la música que está tratando de independizarse de la misma manera en que RIO lo hizo en los 70. A propósito quería decir algo acerca de Chris Cutler. El está teniendo un montón de problemas actualmente con las autoridades que están tratando de ponerle un impuesto a sus compañía, ReR, como si se tratase de un gran empresario, cuando sabemos que lo que hace es completamente artesanal. Asi que cualquier apoyo que se le pueda brindar a Chris Cutler será bienvenido. Si te ponés en contacto con él transmitile mis mejores deseos. Creo que si la gente se entera de la situación en que se halla su compañía, podría ayudarlo.

La música que hace Chris y sus artistas tiene un enfoque distinto al mío. Yo soy un fan del jazz más bien tradicional, Louis Armstrong, Duke Ellington, John Coltrane. A él le atrae más el jazz de los "outsiders", como Sun Ra. O sea que musicalmente tenemos muchas diferencias pero en téminos de la industria discográfica, Chris ha sido uno de las personas más valientes del medio y sé que ahora está pasando por un momento difícil, será bueno que la gente se entere.


Robert, antes de terminar, los famosos discos que te llevarías a la isla desierta. Cuatro o cinco...

Oh, esa sí que es difícil. Uno de ellos tendría que ser "Sketches of Spain" por Miles Davis con Gil Evans. Algo viejo de Duke Ellington, como "Such Sweet Thunder"; y también... qué más... tal vez algo de... Carlos Puebla, el cantante cubano, siempre me hace sentir bien.

Quizás algo de Stravinsky, "La consagracion de la Primavera".


Gracias por tu tiempo y paciencia.

Al contrario. Gracias por su interés."





Norberto Cambiasso
Alfredo Rosso
para la revista Esculpiendo Milagros...Septiembre 1998.