no era necesario mostrar las garras,
como el mejor de nosotros
eramos principiantes
la lucha recien partía el pecho se inflaba
subió el precio
del pan y la margarina
tambien de la harina y el chocolate
¡pero como pudieron
subir los chocolates!
había una tía que me quería mucho
me prestaba libros, me
regaló algunos
me llevó a ver "El hombre de la Mancha"
y lloré por el Quijote...
mientras un frío incesante
ataba corazones por doquier
había sangre en vez de
hojas secas
la vida se llamaba de cierta manera
trato de recordar los molinos de
viento
y mientras tanto las calles recien barridas
desde el cerro mas alto se
ven como venas
(incluso bajo los puentes) que huyen al mar,
el sueño imposible
bajo la noche mas larga
que apremió tan irreal...
nunca fuimos jardín
la sombra
y la tierra
seca a pesar de la lluvia
nos deja llorar sin miedo,
con eso de la
rabia
ahora soy un viejo
que sufre de ayeres