Entrevista realizada por Jorge Lagás__________
Una movida temporada ha tenido Mauricio Redolés. El año pasado sacó su disco One, Two, Tres, Cuatro, hace poco se ganó tres premios Altazor por ese trabajo y ahora prepara una fecha en vivo bastante especial, repasando en vivo el clásico ¿Quién mató a Gaete? de 1996 (coordenadas al final de la página). Con esas excusas nos juntamos con el poeta y músico en su hábitat natural, la Plaza Yungay, pero como nos cagamos de frío partimos por un chacarero. Ahí chachareamos de cosas amables y otras no tanto que le hicieron “salir el lumpen”.
El Gaete fue un disco especial para la gente, muchos te conocieron en ese momento. ¿Qué significó para ti esa etapa, cómo la recuerdas?
Fue un momento bien especial, porque rasguñé la fama, como digo a veces. No me fui para México ni para España, pero algo tuve. Fue una etapa bonita, el poder acceder a un buen estudio, tener de productor a Álvaro Henríquez y Hernán Rojas… Henríquez quería grabar el disco con Los Tres, pero le dije que no, que quería hacerlo con músicos que yo escogiera, me decía “pero por qué no”, puta, porque no quiero. Pero no por mala, yo soy un gran admirador de Los Tres. Solamente quería hacerlo a mi pinta. Y fui juntando gente, sumando músicos y armamos la banda. Tocó ahí Camilo Salinas, hoy en Los Bipolares y los Inti. También estuvo mi hijo, que tenía 6 años. Cuti Aste, también. Hartos personajes.
Fue un reflejo del Chile de mediados de los 90, ¿cómo ves el de ahora? La respuesta puede ser eterna, pero tíranos algunas ideas.
Es un Chile menos ilusionado. Más real, más concreto. Ha habido un cambio cultural, la gente no cree tanto. En los 90 creía más. Pero ahora los que creen saben en lo que creen. Saben que la cosa no es tan miel sobre hojuelas, como alguna vez se pensó. Hay una visión más realista de la política, los cambios, la sociedad. Eso hace que se abran nuevas posibilidades. La gente que tiene tu edad eran niños en los 90. Es una nueva población. Cuál es el camino ahora: de descreencia absoluta, de no creer en nada. Ven que basta que se arregle la rodilla de (Arturo) Vidal para que la UDI se abrace con el PPD.
¿Por qué crees tú que hemos llegado a eso?
A nosotros como país se nos ha hecho una venta de idelogía tan grande, que lo que se te dice resultan ser verdades inapelables. “Esto es así porque tiene que ser así, porque la experiencia mundial muestra que es así, porque los expertos”, y si planteas una hueá nueva “no, no, no, no puede ser porque la experiencia dice que fue un fracaso”. Pura ideología. Las cosas no se hacen por resultados prácticos, sino porque están conforme a lo que dicta el Banco Interamericano de Desarrollo, el Fondo Monetario Internacional… nos salimos de ese marco y “nooo va a pasar lo que pasó en Grecia, en España”. Un porcentaje se da cuenta que la hueá está mal, otros creen que está la raja, pero esos no son los beneficiados, también la gran mayoría vive en un sistema basado en certezas que son pura ideología.
En ese Chile sale One, Two, Tres, Cuatro, ¿cómo se inserta ahí?
Me gustó el resultado, es un disco que me gusta escuchar, no me aburre. Por lo mismo lo escucho poco, para que no me aburra (risas). Me cuesta hablar de lo que hice, pero puedo decir que hicimos una buena pega, con Perrosky (Alejandro Gómez) como productor y tuve el regalo de trabajar con Carlos Corales y Denisse (Aguaturbia). Corales es un tipo maravilloso, de una versatilidad musical, de una humildad como persona… un artista enorme, extraordinario, aprendí mucho de él. De música, de visión del rock chileno, de ubicarnos como país en nuestra música, de un humor absolutamente arrollador.
¿Cómo es lo de ubicarnos como país en nuestra música?
Es que la música popular es un gran negocio. La ideología que le venden a la gente es que el que canta bien y compone bien llega a ser famoso. Pero eso es relativo, hay una industria de por medio. El que toca bien, si no tiene un buen productor alguna vez, va a quedar en eso. No le dan la pasada si no hay un buen equipo detrás. El Gaete, si no lo saca la Sony, hoy lo recordarían 20 personas. Hay gente que piensa que Bello Barrio es un disco extraordinario, mejor que Gaete. ¿Y cuántos recuerdan las canciones de ahí? Los que lo compraron no más. ¿Cuántos recuerdan las del Gaete? Miles. Lo tocaron en las radios porque era de la Sony. Si voy yo y digo “sabes que tengo un disco, para tocarlo”, me dicen “saaale hueón hediondo, ándate de aquí”. Lo inflaron los diarios, me llevaron a la tele, pero no por el valor de la música en sí, fue por la Sony. Y los medios entendieron que yo no era papita molida, no dejaba que me coartaran. En el programa De Pé a Pá de Pedro Carcuro estuve a dos minutos de no salir a tocar y tomarme un taxi para la casa, porque me querían cambiar la canción. “Quién es este hueón que viene a ponernos condiciones a nosotros, a TVN”. Esa fue una de las peleas que tuve con los canales, con los diarios. De hecho, hoy, tú eres la tercera persona que me entrevista después del Altazor. Ni El Mercurio, ni La Tercera, ni La Cuarta, ni la quinta, ni la última, nadie me ha querido entrevistar. Solamente Radio San Miguel, El Desconcierto y tú.
¿Qué te ayudó a ver Corales, específicamente?
Me ayudó a ver que cualquiera puede ser Madonna y Madonna puede ser cualquier cantante. Pones a cualquiera en las condiciones que rodean a Madonna y hace lo mismo. Dónde hay diferencias: en la capacidad de hacer canciones. Silvio Rodríguez y Serrat son unos monstruos en ese sentido, por ejemplo. Eso pude ver de nuevo. La música chilena es parte de la música del mundo. Si una cantante va a recibir un Grammy es parte de la industria, no es que sea mejor o peor que otras. En Chile he escuchado cosas muy buenas, y con el cambio que hubo en las comunicaciones desde el 2000 para adelante han podido salir más a flote. La música chilena está bien, puede participar del concierto universal de la música en cualquier momento. ¿Conocías a ese gallo Sebastián Santa María?
Sí.
¿De dónde?
Me acuerdo de la canción que tenía, que sonó por un tiempo (“Keep on singing”).
Es bien poco conocido y ese hueón era un monstruo, tuvo buena carrera en Europa. Murió bastante joven, pero si no hubiera muerto y hubiera salido del barrio Yungay estaría tocando aquí en la esquina. No sé si me explico, de que no hay tanta diferencia entre lo bueno y lo malo de la música, la diferencia está en el negocio.
Ahí un caso emblemático es el de Nino García.
Ufff… la última vez que lo vi fue cantando en una micro. Iba con la María Eugenia, su compañera, cantaban “Vamos mujer”, y la capacidad que tenía para mezclar cosas, al medio de la canción metía una hueá na’ que ver, me dejó loco. Todos sabíamos que era un genio, y lo que pasó. Una vez coincidimos tocando en una cancha de baby, en la población Santa Mónica, en Recoleta. Se presentó, “hola, soy Nino García, les voy a tocar una canción que fue número 1 en la radio” y la gente “guaaajajajaja”, este tema salió en una teleserie, “guaaaajajaja”… la gente no le creyó. Yo igual una vez estuve en una peña y digo “estuve viviendo en Londres”, guaaaajajajajaja, “esta canción ganó un festival en Londres”, guaaajajajaja en Looondres, cómo estos hueones, Nino García o Redolés, van a estar cantando en una carpa, si tuvieron éxitos y tocaron en Londres. No creían.
Hablamos de música chilena, de la industria… ¿cómo ves la ley del 20% de música chilena en radios?
Tiene varios matices. Lo más importante es que aquí se dan todas las garantías a los empresarios que quieren invertir plata en esto. Si a un empresario de una radio le dices “sabe qué, va a tener que tocar tal música”, te dice “ah, no, tomo mis capitales y me voy”. Qué miedo. Mejor no tocar los intereses. “Usted está sacando minerales, sabe que el royalty”, “ah, no, me voy”. Ese es el miedo. Hay otros hueones peores, que dicen “no, con esto después van a querer el 30%, van a instaurar el comunismo”… otro decía “no, yo hago un recital acá, un recital allá, no necesito el 20%”. Como si la hueá se tratara del bolsillo de ese pobre culiao. No entienden que se trata de un problema cultural. Profundo. En segundo lugar: Myriam Hernández, Manuel García, Gepe, no necesitan el 20%, porque ellos tienen como el 50%. Redolés no necesita el 20%, porque nunca lo van a tocar. Tito Escárate, Juan Ortega, no necesitan el 20% porque nunca los van a tocar.
¿Para quién es entonces?
Las radios van a seguir tocando lo que quieren. Myriam Hernández, Manuel García, Gepe, Los Vásquez, lo que tocan las radios chilenas po. Me podrán decir que estoy en contra de ellos. No, para nada, todo lo contrario, me alegro que los toquen. Pero no creamos que el 20% es para todos los músicos chilenos. Es para los que tocan siempre. A mí lo que me interesa es que legalmente esté así. Esto significa que el espacio para la música tenga un porcentaje de música chilena, aunque sean los que tocan siempre y tocan puras hueás, como Jorge González y todos esos hueones. Pero la verdadera música chilena, las increíblemente bellas canciones de algunos artistas, no son bien recibidas en la radio.
¿Cuál crees que es la razón de que no te toquen a ti?
Un locutor de apellido Cuevas de la Rock & Pop hace unos años me trató de saco de hueas por decir que yo sabía de gente que llamaba mucho pidiendo temas míos y la respuesta de él era “no, aquí Redolés no lo tocamos”. “Por qué decís esa hueá”, se lo dije al aire. Cuando me fui prendí la radio y lo escuché diciendo “y el rey de los hueones chilenos, Reydolés”. Ese es el criterio yanacona de estos que trabajan en las radios. Programadores al peo. Aparte de la Radio Uno, nadie más me ha tocado, y tengo tres temas. Son hueones yanaconas que están al servicio del capital extranjero. El desubicado del presidente de la Archi dijo que era un problema de la industria discográfica. ¿De qué está hablando este pobre y triste hueón? ¡Cállate conchetumadre, no tenís idea de la hueá que estai hablando! Si no hay industria discográfica. La industria que hay es la del espectáculo en vivo. Para eso están trabajando las radios, para cuando traigan a cualquier hueón desconocido se llena con hueones engrupidos chilenos, puro cuento pa’ los giles esa hueá… se me salió el lumpen con esto.
De vez en cuando tiene que salir. En cuanto a lo del espectáculo en vivo, ¿ves que hay criterios similares?
Te invitan a tocar en la medida que te toquen en la radio, así que no he tenido muchas invitaciones. De hecho no he tenido. Invitan a los de siempre, pero Redolés, no, no, no. Esa es la actitud de los productores. Ahora, te imaginarás que con 61 años no voy a cambiar de rubro. Soy músico, soy poeta, escribo, voy a morir en esto, si no me da para comer me moriré de hambre. No voy a poner un restaurant, no voy a manejar un taxi, soy muy distraído para manejar y soy malo para las cuentas. Seguiré con lo mío. Además la ventaja que tiene mi situación es la que veía Kafka en un gran incendio. Él decía que era el mejor lugar para hacer un fuego propio. En este gran incendio que es Chile, es el mejor lugar para… mira, yo no hago algo porque haya alguien poniéndome billete, que me diga “ya po hueón levántate porque tenemos que ir a”, no, lo hago porque quiero. Y si hay un recital en que hay plata de La Escondida, les digo que no y no voy. ¿Cuántos hacen eso? Por qué tengo que lavarle la cara a estos conchesumadres que están robando todo el oro de Chile. Si las canciones hablan contra ese robo. Si quieres te hago la lista de los que sí van a tocar con La Escondida.
No, esto no es una caza de brujas y en el fondo es elección de cada uno.
Yo tampoco soy comisario de ellos. Si fuera comisario de los músicos chilenos, a algunos los llevaría presos por yanaconas. Cantándole a Obama po’. Con millones de latinos expulsados de Estados Unidos. Los que van a limpiarles la caca, cuidarles las guaguas, pintarles las rejas, manejarles los autos, la mano de obra barata, cada cierto tiempo se los cagan y mandan de vuelta a sus países, dejando niños abandonados. Hermanos nuestros, hijos, nietos, primos nuestros. La cagá’ con Al Qaeda, ¿quién creó esa hueá si no fue Estados Unidos? Son empleados de ellos, de la CIA, usados para echar a los rusos de Afganistán, crearon un monstruo, que creó otros. Ahora, pregúntale eso a los que cantan para La Escondida. No te van a hablar nada, no tienen idea, no les interesa. Les interesa ganar plata, estar en la tele. No son músicos que estén relacionados con la sociedad en la que viven.
¿Y la sociedad está relacionada con los músicos? ¿Por qué crees que no se ha dado más importancia a que ganaste los Altazor, por ejemplo?
Porque a los medios no les interesa, no les interesa lo que opinan los artistas, sino los empresarios, que son los dueños. Si fueran premios que dieran los diarios, las radios, tendría toda la cobertura del mundo. Un viejo culiao que le hace una canción al fundador del movimiento obrero en Chile, Luis Emilio Recabarren, no es noticia, es una mierda, que se vaya a la conchesumadre. Eso es lo que opinan de mi blues a Recabarren (“Recabarren’s Blues”). Pero va a quedar en la memoria de miles de personas. Yo hago canciones, no hago relaciones públicas.
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