viernes, julio 29, 2011

LA FACULTAD POETICA DEL MUNDO INTERIOR...


Poema de ARISTÓTELES ESPAÑA



En el hospital Psiquiátrico de Valparaíso, aislado del mundo por ventanales y agujeros, con terapias y dosis de extraños líquidos cuyos nombres no recuerdo, descubrí que nunca había amado a una mujer. Amé una causa, amo la palabra, amo la nieve, el viento, el desierto, la lluvia, amo los países y ciudades donde he estado, amo la muerte, los insectos, los gusanos, las gaviotas, los mitos, las leyendas, las ideas, los libros, las jirafas, las huellas; pero mi novia siempre ha sido la poesía. La música ha sido un amor inconcluso, la pintura y el dibujo fueron pasiones que dejé ir, el teatro fue y es una fuente de energía pues escribo y actúo frente a mi propio escenario; en el cine he sido personaje y director solitario, guionista de mis aciertos y errores, con diversos nombres. Pero nunca he amado a una mujer. Me gustan las mujeres, he vivido con ellas, he procreado hijas que perdí para siempre y me aislé en la soledad de mi biblioteca escuchando a Vivaldi, Mozart, Bethoven, a los pájaros de mis casas o departamentos asistiendo a extrañas reuniones conspirativas con poetas y los eternos asiduos al Poder. Cada una de mis mujeres ha sido tierna, expertas en calendarios, en lingüística, educación diferencial, psicología, leyes, física cuántica, y yo les ayudaba a escribir sus tesis invadiéndolas con poemas, llevando a casa gatos abandonados, perritas en celo, a los que alimentaba con comida casera, sandwiches de tocino, carne de pavo. Nunca les escribí un poema de amor; sólo mensajes encriptados de Verlaine, Lope de Vega, bodegas de Haikus, de odas, y porfiaban para que celebre mi cumpleaños mientras yo leía las vocales de Huidobro, Rimbaud, Vallejo, literatura hindú, ridiculizaba a los Románticos, a los ideólogos del Realismo Socialista, a los viejos Modernistas en desuso. Una tarde Payasita, me dijo que íbamos a hacer con los cuadros de Monet, Renoir, Gauguin, Rodin, Whistler, porque que había que pagar su parcela, su invernadero, sus triciclos, sus cremas, el gimnasio, sus zapatos italianos, y yo le dije que no importaba, que lo lleve todo, que sólo deje mis libros, que me deje solo, que se vaya a la punta de un cerro y me dejara vivir en la Belleza. Que todo se lo lleve y pague. Todo es mío, le dije, te lo regalo, no me importa tu presencia, empezaré de nuevo a buscar a esos maestros en algún lugar del planeta. Se lo llevó todo y un año después la encontré en un bar de Buenos Aires. Te he buscado, me dijo, sé que estás releyendo a Girondo, Lugones, Borges, Artl, Piglia, Carriego, Sábato, en sus rincones, me lo dijo un librero. Estaba bebiendo un gin tonic, una cerveza helada y la quedé mirando fijamente durante cinco minutos. Quiero darte un beso, me dijo, vamos a mi hogar. Pensé en los ejes en los cuales ha girado mi vida. Pensé en los versos que estaba escribiendo a los cuales rescataba de un pozo; pensé en mi exilio interior y exterior y me marché hacia el Río de la Plata a seguir leyendo. Ella me siguió hasta el taxi y me fui para siempre. ¿Qué es el amor?, me pregunto. ¿Dar y recibir? ¿Aceptar a la pareja como es? ¿Trabajar una relación con lentitud, de a poco?. ¿Entregarse y entregar? ¿Tener miedo? ¿Quién dice primero que se quiere? No el deseo, porque eso es fácil y se palpa. ¿Caminar, andar, mirarse, establecer vínculos perpetuos, Respirar los mismos olores, hablar el mismo idioma? Al salir del Hospital Psquiátrico de Valparaíso pensaba en la belleza, en la autodestrucción, pensé adónde iría sin amar. y sin amor. Era tarde, recuerdo, y comencé a llorar en una pieza desierta. El llanto era tan grande que sangraba mi nariz, el estómago, el alma. Por supuesto lloraba en silencio, sin música, como suelen los guerreros caídos llorar en las cuevas, como lloran los presos en los campos de concentración, y me enamoré de mi almohada, de mis pantalones rotos, de un armario vacío y acariciaba los dos libros que me acompañaban escritos por mí. Después me enamoré de una radio a pilas, de un par de moscas de la habitación, de un candado que traía del hospital, de una sábana con sangre, de un vidrio roto del comedor de la mansión donde intentan sanar mi alma. No quería pedir ayuda y borré a todo el mundo de una posible lista de visitas y llamadas telefónicas. Sólo Tac, mi personaje favorito, estaba conmigo e intentaba descifrar mis poemas escribiendo con letras rojas, verdes, azules la palabra “Amor”, la palabra “Compañera”, la palabra “Amigo”. Tac enloquecía pues empecé a enamorarme de nuevo ahora del alfabeto, de los adjetivos sin vida, de las metáforas con la palabra resfrío. Una tarde llegó el poeta Enrique Moro y lloré. Una tarde llegó mi amiga psicóloga Cecilia Valdivieso y lloré. Apareció mi amiga poeta y cantante Karen Devia y lloré. El psquiatra y las psicólogas me dijeron que estaba bien; que por fin lloraba. Me dijeron que era un cebollín o una cebolla, ahora había que deshojar la armadura “porque las bibliotecas como tú no piensan” me dijo el Doctor. Ahora tengo miedo, porque la belleza hay que disfrutarla y no vivir en ella, y borré a Mallarmé de mi lista de lecturas porque lo tengo incorporado a mi acervo. Tengo que caminar por un mar real y no metafísico. Tengo que andar de nuevo por la nieve y no sólo escribir sobre ella. Tengo que mirar a los pájaros y no conversar en los árboles. Tengo que recuperar a mi búho y no inventarle un lenguaje para charlar sobre la poética aristotélica. Tengo que dejarme querer para que pueda aprender a hacerlo. Hay tantas, demasiadas cosas por conocer, demasiadas. Hacer el amor en una selva con una mujer africana porque no pude hacerlo en Moscú; pero ya es sólo una ilusión porque ella murió en la guerrilla. Tengo que aprender a bailar porque sólo lo he hecho en los prostíbulos. Tengo que aprender y aprendo a conocer mujeres en su dimensión humana y no con sus personajes. Tengo que aprender a vivir con mis libros y que no lo sean todo. Tengo que aprender a escribir sin descuidar a mi futura pareja. Tengo que ir al cine con niños y niñas a ver películas porque siempre seré un niño. Tengo que aprender a decir “hola”, “te quiero”, “vamos a un río” pero no en forma literaria. Tengo que aprender a llorar y abrir mis sentimientos y no ser un robot en los cafés, en recitales. Tengo que luchar por mi propia causa e intentar ser feliz con un pan, con un vaso de agua, con una naranja. Entonces, tengo más miedo. Miedo a enamorarme, pero ¿cómo decirlo? El poema está en mis venas, en mis arterias, en mi corazón, en todo mi cuerpo y nada soy si no escribo. “Puedes escribir lo que quieras”, me dijo el doctor, y trato de hacerlo. Pero están los malditos conceptos, la semiótica, el estructuralismo, el automatismo psíquico que revolotean en mi cerebro. Entonces, intento escribir este poema desde el miedo. Nunca he escrito desde el miedo, sólo sobre el miedo, sólo en el miedo mismo y siempre termino tiritando. Ahora estoy más seguro, más feliz incluso, y no quiero enamorarme de esa palabra. Ahora estoy en mi habitación lleno de hojas en blanco y tengo ganas de escribir un “Estudio sobre Vivaldi” y “La Poesía de las 4 Estaciones”. Tengo ganas de correr por el techo. Tengo ganas de alunizar en mi boca. Tengo deseos de libertad y no escribirla. “Se abre tu corazón”, me dice Tac, mientras devora una hoja del cebollín, e intento terminar el poema sin 3 finales sino con 20 finales abiertos como siempre he deseado, elegantes, misteriosos, que se abran a distintas interpretaciones estéticas, religiosas, ideológicas y la lectora de este poema no me mire a los ojos.

Valparaíso, diciembre 4 de 2009



( El jueves 28 de Julio,en Valparaiso
murió el poeta Aristóteles España a los 56 años )

miércoles, julio 20, 2011

EL SUICIDIO DE ALLENDE...


por Carlos Salas Lind
julio 20, 2001.


La palabra Allende estaba prohibida. Recuerdo claramente esos días de mi niñez, sentados a la hora del almuerzo y escuchando a mis padres hablar de todo, menos de política. Recuerdo con especial claridad la palabra Allende. Una palabra - que después de desbordar todos los espacios de la vida cotidiana - había sido extirpada. Así lo había prometido - el entonces general Leigh - en una de las más memorables y angustiantes intervenciones, a pocas horas de consumado el derrocamiento del primer marxista elegido democráticamente en el mundo.

Era difícil olvidar una palabra anclada en una clase obrera cansada de ser mera protagonista de las sagas que desnudaban la insensibilidad del capitalismo. Recuerdo que mis padres bajaban notoriamente el tono de voz cuando era imposible no nombrarla. En una oportunidad, mientras visitábamos las ruinas de una oficina salitrera abandonada, pude observar como el nombre de Allende – escrito nítidamente con cal – ocupaba toda la ladera de un ripio que rodeaba lo que había sido la zona de las faenas mineras.

Noté que mis padres se intranquilizaron. De manera imprevista apuraron el paso, evitando hacer mención alguna de un grafiti - que en nuestro recorrido - nos seguía de frente. Eran otros tiempos, días marcados por la inacción y el temor a consecuencias imprevisibles.

Aún así, recuerdo que la tesis del suicidio de Allende se aceptaba como la versión más plausible de un epílogo que conmovió al mundo entero. Las versiones alternativas – que hablaban de asesinato y maltrato posterior de sus restos - tendían a apelar a un levantamiento, a una resistencia que a todas luces se asemejaba mucho al suicidio. Aunque estos últimos relatos buscaban neutralizar el estigma - que circunda la decisión de suicidarse - siempre sonaron innecesarios y oportunistas.

Entre otros, Fidel Castro demostró un interés especial en disputar la versión histórica sobre el deceso del ex mandatario, versión sostenida – incluso - por algunos testigos que acompañaron al ex presidente Allende en el Palacio de la Moneda.

Con el retorno de la democracia no se produjo un interés mayor en dilucidar científicamente las circunstancias de la muerte del ex presidente. Por lo visto, la investigación de las causas de muerte del ex – presidente Eduardo Frei Montalva y el ex ministro José Tohá, crearon un clima propicio para el resurgimiento de las dudas en torno a la muerte de Salvador Allende.

Los resultados entregados por el Servicio Médico Legal chileno no sorprendieron a nadie. Era difícil predecir el impacto de una revelación que solo ratificaba una versión asumida hace mucho tiempo.

Sin embargo, la prensa internacional ha cubierto extensamente la confirmación del suicidio de Allende. Se habla del presidente mártir que sacrificó su vida para evitar ser humillado por los perpetradores. Es decir, la corroboración más bien ha servido para ratificar otra cosa, algo que muchos también han sabido desde su deceso: que Allende – independiente de los graves errores de su gobierno - se inmortalizó en la memoria global como un líder consecuente y admirable.

Y de igual manera, la masiva cobertura internacional nos ha recordado que esta misma batalla - de percepciones y simpatías - la perderían estrepitosamente los autores de su derrocamiento a partir del11 de septiembre.


martes, julio 19, 2011

PRINCE...deja de grabar.



LUNES, 18 DE JULIO DE 2011
MUSICA › LO ANUNCIO EN UN DIARIO BRITANICO

Por Eduardo Fabregat

Se acabó el juego de la industria discográfica para Prince Roger Nelson. “La industria cambió. Hicimos plata online antes de que la piratería fuera realmente una locura. Hoy los únicos que hacen plata son los de las compañías telefónicas, Apple y Google. Supongo que tendré que ir a la Casa Blanca para hablar de la protección de derechos de autor. Ahí afuera hay como una fiebre del oro, o un robo de autos. No hay límites. He estado en varios encuentros y me dicen ‘Prince, vos no entendés, es una cosa de perros comiéndose a perros’. Con lo que decidí dejar de grabar”, dijo en una entrevista realizada por el diario británico The Guardian. “Personalmente, no soporto la música digital, el sonido convertido en bits: afecta a un lugar diferente de tu cerebro. Cuando lo ponés, no sentís nada. Somos gente analógica, no digital.”

Como sucedió con algunas movidas fuertes ensayadas por Prince en el pasado, varios en el medio interpretarán el gesto como una nueva excentricidad del músico estadounidense de 53 años. Pero, más allá del extremismo de la decisión, hay puntos atendibles. Hace ya varios años, en el sello Warner sonrieron con esa locura de pasar a llamarse “Simbolito Impronunciable”, hasta que descubrieron que el contrato que los unía con “Prince” no decía nada sobre posibles discos grabados con otro nombre y por un sello independiente. Así, a fines de los ’90, Prince, Simbolito o The Artist Formerly Known as Prince tuvo una hemorragia creativa que se tradujo en discos y más discos, fuera por Warner, NPG Records o aun otros subsellos. En enero de 1998, el petiso de Minneapolis abrió caminos que la industria luego agradecería, al convertirse en el primer artista en comercializar un disco solo por Internet. El triple Crystal Ball se adquiría a través de la web y se enviaba por correo: todavía subsistía el plano físico, cierta cosa de negocio al viejo estilo.

Pero los tiempos, como apunta Prince y como lo sabe cualquiera que esté medianamente atento a las mutaciones del mercado, han cambiado, y mucho. En la extensa gira que lleva adelante desde el año pasado, con entradas bolsillo friendly y un repaso de éxitos de su carrera, el multiinstrumentista desarrolló una especial efectividad para evitar que se filtre en la red cualquier audio o video. Lo que se sabe por relatos de quienes estuvieron en cada show no puede comprobarse: todo audiovisual que logra colarse desaparece en poco tiempo, perseguido por los sabuesos del entorno principesco. Después de abrir caminos en la era digital, Prince está decidido a cerrar todos los pasadizos que comunican con Paisley Park.

Por supuesto, en el rock ninguna promesa es inquebrantable, y hasta el Beach Boy Brian Wilson un día dejó el encierro. Lo interesante de esta rabieta de Prince contra el estado de las cosas, ese “si no dominan al mostro de la piratería, no sigo”, es que viene acompañado de un planteo que merece al menos una mínima atención, como ese cuestionamiento de la chatura e hipercompresión digital frente a la naturalidad de lo analógico o, según dijo en otro pasaje de la entrevista, el interrogante acerca de si la escena musical de hoy está protagonizada “por gente con verdadera sustancia, o simplemente personajes con ropas locas encima”. Lady Gaga, teléfono.

jueves, julio 14, 2011

Pizarnik de la medianoche

Por:
Winston Manrique Sabogal
13/07/2011

"Esperando que un mundo sea desenterrado por
el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el
silencio. Luego comprobará que no porque se
muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo.
Por eso cada palabra dice lo que dice y además
más y otra cosa".




Este es el universo Pizarnik hecho palabras. Un poema revelación sobre lo que la poeta argentina pensaba, sentía y creía que era la vida y el lenguaje. Luces reflectantes; sombras mutuas. Su concepción del mundo en seis líneas en las que vibran el big-bang de su creación, el sentido de las palabras y de la vida misma hasta donde no llega la luz.

Escribo hoy, hablo hoy, de Alejandra Pizarnik porque no quiero que se acabe la temporada literaria sin recordar que el 29 de abril se conmemoraron los 75 años de su nacimiento. Pero da igual la fecha. Para mí es simplemente un pretexto para recordar y compartir con ustedes a una de mis poetas favoritas. Una poesía oscura, sombría, apesadumbrada, lúgubre y todas las demás palabras primas que puedan hacer una comparsa con éstas, pero en cuyas combinaciones anida la belleza del misterio y una invitación a otras miradas sobre el vivir: memoria-recuerdo-sueño-anhelo. Escuchemos este TIEMPO, de Pizarnik:

"Yo no sé de la infancia
más que un miedo luminoso
y una mano que me arrastra
a mi orilla.


Mi infancia y su perfume
a pájaro acariciado"

Y me gusta porque Alejandra Pizarnik también señala senderos poco frecuentados, pero que a medida que se leen sus versos van haciendo reconocibles el camino:

"Ella se desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus visiones
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe"

Y, claro, su voz también mira al amor para nombrarlo, porque es Vida, así sea con versos como estos:

"Esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues.

hoy te miraste en el espejo
y fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió"




Con 36 años, Alejandra Pizarnik se suicidó el 25 de septiembre de 1972. Noche, muerte, desaparición, abandono, amor, exilio fueron sus temas en obras esenciales como Árbol de Diana (1962), Los trabajos y las noches (1965), Extracción de la piedra de locura (1968), El infierno musical (1971) y su libro en prosa La condesa sangrienta (1971), sobre Elisabeth Báthory, la aristócrata húngara que asesinó a 650 jóvenes para bañarse en su sangre porque según la leyenda le daría belleza y eterna juventud. Pizarnik rondó a la muerte y la muerte la rodeó con sus sombras porque, tal vez, como ella misma escribió:

"La vida juega en la plaza
con el ser que nunca fui"

Fue morir y su leyenda empezar a crecer. Y a oírse el susurro de su voz diciendo:

"Yo voces.
Yo el gran salto.

Cuando la noche sea mi memoria
mi memoria será la noche"

Poemas y versos en los que conviven lo luminoso y lo oscuro:

"La noche se astilló en estrellas
mirándome alucinada
el aire arroja odio
embellecido su rostro
con música"

Palabras encadenas que bautizan y encadenan emociones diferentes como el antepenúltimo poema que he recordado y que retomo ahora para cerrar este recordatorio, y que Pizarnik tituló ‘La de los ojos abiertos’:

"La vida juega en la plaza
con el ser que nunca fui

y aquí estoy

baila pensamiento
en la cuerda de mi sonrisa

y todos dicen esto pasó y es

va pasando
va pasando
mi corazón
abre la ventana

vida
aquí estoy

mi vida
mi sola y aterida sangre
percute en el mundo

pero quiero saberme viva
pero no quiero hablar
de la muerte
ni de sus extrañas manos".

"El fútbol se lo robaron a la gente" CESAR LUIS MENOTTI

ELPAIS.com >Deportes
LUIS MARTÍN - Buenos Aires - 11/07/2011




Nacido en Rosario en 1938, El Flaco es uno de los grandes oráculos del fútbol. Ahora habla sobre la Copa América, sobre el juego de su selección y sobre el estilo del Barça de Guardiola y del Madrid de Mourinho

La cita es en su despacho, en el microcentro bonaerense. Hace frío en la calle y dentro de la casa. César Luis Menotti se disculpa: "Esta mañana se estropeó la calefacción, iba a comprar una estufa porque me estoy helando", explica. Bajo el cristal de la mesa del despacho, varias fotos de sus hijos. Encima, montoncitos de libros apilados. A su izquierda, entre ellos, Mi ciudad y mi gente, de Eladia Blázquez, La aznaridad de Vázquez Montalbán y Bajo Estado de sangre, de Tejeda... A la derecha de la vieja silla donde se sienta, un cenicero limpio recuerda que, no hace tanto, la conversación se hubiera llenado de humo.


P. ¿Cómo lleva el de haber dejado de fumar?

R. Mal. Me dijeron: "El primer mes es muy duro, pero después..." ¡Nada, cada mes tengo más ganas! Los médicos insisten en hacernos la vida más larga y menos agradable. Amargarnos la vida es lo que hacen ¡Y los cirujanos son peores! Ahora tienen una maquinita, como si fuera una play, pim pim, y ya te han operado. Se acabó la medicina profunda, lenta, ya no hay ni sangre en los quirófanos.

P. ¿Qué tal está de la operación?

R. No fue nada, tres días estuve en el hospital. Era una cosa pequeña, no estaba claro que me la tuviera que quitar siquiera, y yo le dije al médico: "Usted manda. Yo sé de futbol, no de pulmones. Luego, me dijo que no fumara, pero que podía hacer vida normal. ¿Vida normal para quién? Mi vida normal no es como su vida normal. El cigarrillo para los adictos es un compañero increíble, un amigo. He de pensar que el amigo se fue, que murió y no está más. Extraño el tabaco en la soledad y cuando escribo, mucho. Agradezco que me echen el humo a la cara, lo busco por las puertas de los restaurantes. Ayer, un señor sacó un habano a la puerta del bar y dijo: "Me voy". "No, venga lo más cerca posible", le dije.

P. ¿Del fútbol también se está quitando?

R. Uno recibe alguna recompensa a la lucha despiadada en contra del fútbol que traiciona su sentido de pertenencia. Como el Huracán salvó al fútbol argentino, España me reconcilió con el fútbol, me devolvió el apasionamiento por el juego. Verles jugar con los chiquitos pequeños fue reconfortante. El fútbol es el único lugar donde me gusta que me engañen. El fútbol son tres cosas: tiempo, espacio y engaño. Pero no hay tiempos, no se buscan los espacios y ya no me engañan nunca; me aburro de una manera que tengo la sensación que eso que llaman fútbol es otra cosa. Yo digo que el 99,9% de los entrenadores viven envidiando el juego del Barcelona. Todos quisieran ser Guardiola. Pero la mayoría no sabe cómo se hace.

P. Él dice que con buenos jugadores...

R. No, eso se lo come un pelotudo, yo no. Esto no es un señor que se para en la línea y dice: tocar, tocar y tocar, y que como son buenos le hacen caso. Lo de Guardiola es muchísimo más difícil que todo eso. Es producto del entrenamiento, de ideas claras, de saber hacerse comprender y ganar adeptos... Quedó demostrado que Guardiola es más importante que sus jugadores. Él dice lo contrario, claro... ¡qué va a decir! ¿Soy el mejor? Tampoco se lo cree. Pero vamos a revisar quién era Piqué antes de Guardiola, quién era Pedro, quién era Busquets. Ni siquiera Iniesta era titular, era discutido. Ahora son unos fenómenos. Lo cierto es que tuvo un punto de suerte.

P. ¿Por?

R. Encontró un camino facilitado por Rijkaard, eso es cierto. A veces, el entrenador que sale te deja unos líos tremendos. Rijkaard, en ese sentido, le dejó algo hecho. Pero, por encima de todo, está el convencimiento. Siempre digo que un gran director puede hacer una gran orquesta con grandes músicos y con músicos normalitos conseguirá una orquesta afinada que se escuche bien.

P. Entonces lo de los futbolistas...

R. Nada, mentira que Guardiola sea Guardiola por los jugadores que tiene. Es mentira. Tuvo a Eto'o, tuvo a Henry, tuvo a Ibra, ahora tiene a Villa... Y por el lateral izquierdo han pasado cuatro o cinco, a Mascherano le usa de central... Lo de Guardiola es muy serio y me provoca una envidia tremenda a mí también. Y tampoco estoy de acuerdo con otra cosa...

P. ¿Con qué...?

R. Cruyff tampoco fue el primero que empezó a hacerlo. El primero que intentó jugar como Guardiola en el Barcelona se llamó César Menotti. Y me costó la vida. ¡Nos pitaban por dar muchos pases! No sé si hubo otro antes, pero yo jugaba con Maradona de 9, parecido ahora a Messi, Carrasco y Marcos en las bandas, Schuster como juega Xavi... Y entraban en el descanso en el vestuario, empatados a cero y los jugadores ¡de un humor!: "Así no podemos jugar", me decían, porque cada vez que Schuster se la daba a Alexanco nos pitaban. Con 3-0 sí... ¡olé, olé! Nos costó bastante. Migueli, cuando me fui, me dijo que si venía después de mí un entrenador que le hiciera marcar al hombre no jugaba más, porque estaba harto de pegarse con los delanteros. A veces ni existían, tenía que buscar al 9 y no jugaba. Y a él le gustaba tocarla porque era andaluz y la jugaba muy bien, pero como era alto y fuerte... Era muy bueno con los pies y le tenían como a una bestia.

P. ¿Por qué se fue del Barça?

R. Había fallecido mi mamá, volvía la democracia a Argentina y sentí que debía estar... Fui a comer con Núñez y me puso un cheque en blanco y me preguntó qué jugadores quería para quedarme. Y yo le dije que no quería ninguno, que lo que quería era que sacara del plantel a jugadores grandes, de prestigio increíble y que me paraban la subida de los jóvenes. Fue después de ganar la Copa del Rey, que entonces era una copita. Ahora la gana el Madrid y parece que haya ganado la Intercontinental. Pero, ¿a dónde quería llegar?

P. Estaba hablando de la importancia del entrenador.

R. Eso es, quería hacer un reconocimiento muy profundo del valor del entrenador. Es como el profesor, ¿qué influencia han tenido los profesores? Depende. Si eran buenos enorme, al 99%. Si eran malos, una mierda. Odié las matemáticas porque durante tres años me amargaron la vida tres profesoras a cual más idiota... Pero me enamoré de la química porque el profesor llegó el primer día fumando, llenó el pizarrón de fórmulas y nos dijo: "Esto se lo tendrían que aprender para el martes. Pero es imposible". Y nos dijo: "Esto es para que sepan que la vida es como la química: hay que interpretarla".

P. Yo creo que el profesor anda un poco devaluado...

R. No sé en España. Aquí hace 50 años que se produjo la desculturización. Es preocupante. La marginalidad ha llegado a la clase media-alta. Hubo quien se mató por las ocho horas de trabajo por jornada y ahora la gente hace 14 para poder vivir y no se queja...Eso sumado a que un país rico entre comillas produce miserables en el poder. Y lo primero que han hecho ha sido robarle a la gente el sentido de pertenencia. Parece que todo es suyo, incluso el futbol. Cuando el gobernador hace una calle parece que la ha pagado de su bolsillo. Nos robaron la música, nos roban los parques, las plazas y hasta el futbol. Y luego se extrañan que la gente se canse y acampe en las plazas.

P. ¿Les entiende?

P. Claro que les entiendo, esto es una mierda. No me quiero transformar en un escéptico, pero soy un pesimista feroz... Después de lo que he vivido, me siento un marxista hormonal, sin más explicación ideológica. Durante 70 años de mi vida he comprobado el desastre que ha hecho el capitalismo en todo lo que me rodea, incluido el futbol. Este país no tiene sentido. ¿Sabe qué me dijo un amigo de Barcelona que vino a hacer un estudio de la pesca del camarón?

P. No, no sé...

R. "Mientras Argentina no haga la revolución geopolítica, no le creas a nadie". En 3.000 kilómetros no juntamos 600.000 habitantes; y solo en el barrio de Matanzas viven cuatro millones de personas donde debían vivir 500.000. No hay manera de vivir en una ciudad de 14 millones de habitantes. No tiene ningún sentido. Son solo votos que se usan para dirigir un país entero... La miseria es rentable para algunos. No les creo. No me mientan más mientras haya un chico en la calle. ¿Usted se acuerda de lo de Cromañón?



P. Sí, el incendio de la discoteca Cromañón...

R. Yo entraba a Independiente. Fue un escándalo, se murieron los pibes y los querían meter presos al grupo, una cosa disparatada. En aquellos días, volviendo del entrenamiento, me propuse preguntarles cuántos eran. Nueve en un semáforo, siete en otro. Del puente a mi casa conté 120, todos menores de 15 años que se iban a morir igual que los de Cromañón pero por la droga, la violencia, la injusticia. ¿Y quién responde de esos muertos de este estado?

P. ¿A qué le suena eso de "fútbol para todos" que pregona el gobierno?

R. El fútbol se lo robaron a la gente, ya no les pertenece. Por eso, la selección Argentina ya solo tiene espectadores. El que entiende de fútbol no va más, no tiene público, sino espectadores. ¿Qué lugar ocupa el fútbol en un estado? Es un negocio, bienvenido sea; si es un gran negocio que se come los tiempos, malo. Y así hemos acabado. El fútbol es educativo pasional, un lugar de expresión y el estado debe tener cierta vigilancia en tanto son sociedades sin ánimo de lucro. Pero ha mirado a otro sitio con las sociedades anónimas y han desaparecido clubes históricos, se los han fundido. Aquí tuvimos a grupos inversores que vendían por tres millones de euros y al club entraban 300.000, el resto para ellos. El deporte en este país, a nivel organizativo, es un desastre, se llegó a hacer secretaría de deporte y turismo, ¡como si se pudiera ser sastre y carnicero! Es de locos. Los militares siempre pusieron al más tonto al frente de deporte, siempre.

P. ¿Le quedan ganas de volver entrenar?

R. Sí, pero acá no. Yo veo la cancha y soy como el músico que ve una guitarra. Pero aquí no, para nada. Hay veces que estoy viendo las inferiores del Barça, que las veo por la televisión, y pienso: "Yo podría armar un equipo de inferiores y ganarles, pero los jugadores me durarían seis meses; el presidente vendería a medio equipo con 16 años. Es una vergüenza.

P. ¿Usted es de los que señalan a Grondona?

R. No. Bueno, Grondona tiene la culpa, claro que la tiene, por definición la culpa es suya antes que nadie. Pero no es el único. ¿Dónde están los otros proyectos? ¿Cuál es la permisividad que ha tenido el fútbol argentino con Grondona? O es miedo. Lleva 35 años haciendo lo que le da la gana. Aquí hay algo más grave, se han destruido instituciones maravillosas, Ferrocarril, Platense. Bueno, también ha pasado en España... Ver al Tenerife en Segunda B o la desesperación del Cádiz. Yo amaba al Cádiz, siempre me gustó... Me gustaba el Betis, mucho. El Loco de la Colina me hablo de dirigir el Betis. La cuestión es que vine del Atlético de Madrid y firme por River, y a la semana me llamó para ir al Betis. Me quería morir, siempre quise dirigir al Betis.

P. ¿En Argentina no existiría una figura como Guardiola?

R. No, Guardiola hay uno, pero llegado el caso, no le dejarían existir. Lo asesinarían antes. Aquí lo que hay son Mourinhos o tipos como él, que solo piensan en ganar y cuando pierden no es culpa suya; los conocemos hace mucho tiempo. Vaya personaje. Tiene unas contradicciones muy grandes. Hace poco, un amigo se fue a España y asistió a los entrenamientos de Mou. También fue a ver los de Pep. Me dijo que no entrenan tan distinto, que es muy parecido lo que hacen, que Mou entrena muy bien. Conceptualmente son muy parecidos. Pero en el campo, a la hora de la verdad, no tiene nada que ver. Mourinho hay muchos, Guardiola hay uno solo... El Barça y la selección española han hecho un gran bien al fútbol, se lo agradezco. Al final, Luis Aragonés decidió ser torero y no toro. Dije eso una vez que España se debía definir y se enojó, pero a mí Luis me cae muy bien...

P. Del Bosque dijo que quería ser como Busquets, el más alto ¿usted quién querría ser?

R. Lo de Busquets está bien visto, es uno de los mayores talentos que ha dado el fútbol español. Es un descubrimiento. La primera vez que le vi, llamé a un amigo y le dije: "He visto un futbolista de una especie desaparecida". Es un crack. Yo el mejor que vi en mi vida era Pelé, supongo que quisiera ser Pelé. Era capaz de sorprenderte cuando iba a rematar de cabeza: subía un poco mas y la paraba con el pecho. Nunca sabías qué iba a hacer.

P. Como Messi...

R. Yo creo que hubo cuatro reyes y el quinto no ha aparecido. Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona. Ahora estamos esperando al quinto, que será Messi o, de momento, no será nadie. Es el que está más cerca, pero no le vas a dar la corona a los cinco años. Para darle a Messi la corona habría que verle fuera del Barcelona, conseguir lo de Maradona en el Nápoles. Aquello era una banda y la convirtió en una orquesta. Messi es un lujo, una cosa maravillosa, pero habría que verlo. No tiene nada que demostrar para ser el mejor del mundo. Pero le falta un escalón para ser el mejor. No dudo que puede llegar a tener la corona del quinto rey, pero no todavía. Pero ¿sabe qué es lo mejor?

P. No...

R. Que Messi aprende. Antes, cada vez que cogía la pelota, se le habría ocurrido ganar el partido. Ya no. Ha evolucionado. Ahí se nota la mano del maestro. Qué hubiera sido de estos jugadores sin Pep... ¿Te imaginas a Piqué sin Pep?

P. Tampoco.

R. Piqué es Beckenbauer, es un futbolista de un talento enorme, pero dudo que otro entrenador le permitiera lo que le permite Pep. Esto no es libertad, la libertad no se le da a nadie en el campo, se gana desde el conocimiento. Tú en tu trabajo le das libertad a un tonto y te arruina el periódico. Esto es lo mismo; le tienes que decir a los jugadores qué han de hacer porque no pueden hacerlo ellos. Se juega libre dentro de una idea y de un funcionamiento. Piqué no hace lo que le da la gana. En el Barça no hay libertad absoluta, hay unas normas que permiten ser a los jugadores muy libres y muy felices, pero hay unas normas.

P. Se refiere a eso del 4-2-3, 3-4-3...

R. No, eso es un número de teléfono. 4-2-3-1, 3-4-5-1... Una vez le preguntaron a Di Stéfano cómo era posible que jugaran un 2-3-5 y contestó: "Pero tú qué crees, ¿que antes éramos pelotudos que con dos tipos defendíamos a cinco?

P. Usted se reunió con Pep hace unos años, cuando quería ser entrenador. ¿Qué descubrió en él?

P. Una cosa que le hacía diferente: el vino aquí con la idea muy clara, no vino como otros buscando que yo les llenara de inspiración, les dijera qué camino seguir como si fuera un Mesías... Vino con su idea y se fue con su idea. Estoy aburrido de hablar con entrenadores jóvenes que vienen a buscar la verdad. Pep no vino buscando que le dijéramos cómo se hacía. Él ya lo sabía. Me preocupa porque ahora le están esperando para dispararle...

P. Bueno, yo diría que lo tiene asumido desde el primer día.

R. Pero tiene una ventaja; su pasado y eso no se puede cambiar. En su memoria uno coge del pasado las cosas que le sirven. Si uno no tuviera pasado, el presente no le serviría de nada. El Madrid puede fichar más y más, al final los tendrá a todos y ganará, pero el 5-0 del clásico en el Camp Nou es para toda la vida. Me pongo a pensar y no encuentro un partido como ese. Que yo haya visto y, por supuesto, participado. Mató a Mourinho para toda la vida.

P. Usted dijo que después de aquello, se cagó.

R. En mi barrio lo llamamos cagarse en las patas. Se cagó. Vi al siguiente partido a Higuaín, Adebayor, Benzema y Kaká en el banquillo y pensé: igual gana, pero se recontracagó. Es la mayor cobardía que he visto en un grande. Y con el Madrid, es inaudito. El toro no lo mató y el tipo salió corriendo y nunca más se acerco al toro. Pero es muy duro lo que le paso. Busca a ver quién salió humillado así de un clásico. Yo no lo recuerdo. Es muy duro, eh, muy duro.

P. ¿Qué le pasa a Argentina que hace malo a Messi?

R. Cuando digo que el fútbol argentino ha sufrido una desculturización, no me refiero a que antes leyeran a Borges. La cultura del fútbol era que si te la daba mal, te miraban los 10 jugadores. Recuerdo que un día saque una falta lateral, quedaba un minuto, subieron todos, y la tenía que poner. En la barrera había un tipo y le pegué a él. Un mes estuvieron con la joda. "Si hay un tiro libre que lo tire Menotti". Mirá, ¿sabes que pasa con Argentina?

P. Le escucho.

R. El fútbol es como la vida, no te levantas a las seis de la mañana y te pones a buscar a la mujer de tu vida. La encuentras o no. Cada vez que la tocan, quieren ganar el partido. Es terrible, una verticalidad, un espanto. Para qué queremos un enganche si no tenemos a quién asistir. En el Barcelona hay asistidotes que tienen a quién asistir. Hay mas pases que goles. Y de eso se trata, de pasarse la pelota. No es tan difícil. Yo sé que tiene buenas intenciones Batista, pero...

P. Le piden que juegue como el Barcelona.

R. Imbéciles. ¿Qué se creen, qué es muy fácil cantar como Serrat? No, es imposible ¿Sabés que me llamó nada más salir del hospital? Le quiero mucho, ¡pero me retó el tipo! Me dijo, ¿oye viejo, por qué no dejás de joder y te dedicas a hacer algo mas importante en la vida que fumar?

P. ¿Y le hizo caso?

R. No fumo y estoy intentando escribir un libro en base a lo mucho que he escrito y a las entrevistas que guardo. No sé que saldrá, igual descubro los misterios del fútbol...