Yo, la música
y cualquier mañana helada
que asiste al olvido
mientras tanto la ventana
una mirada salta entre los ojos
y se atreve ahora
podría obrar por error
como suelen ser los sueños
o volverse una pantomima
tan frágil que no haga falta
a veces una lagrima suelta
o el sonido de todas las mañanas
y para que mas el sol sin sentido
la mentira de cualquier primavera
solía el miedo enredarse de a poco
no entiendo el recuerdo, la luna
la cortina corrida, la sirena
la camisa blanca recién planchada
el sonido insoportable del invierno
y el silencio goteando en cada esquina,
habría que ver como te llamabas
cuando grité tu nombre
y la gente no dijo nada.