sábado, septiembre 07, 2013

Meditación al atardecer

Oscar Hahn
Esta calle que baja dura una eternidad Aquí se cuecen vivos los grandes pensamientos Ha llegado la hora del descanso en que no se descansa Cuando los perros creen en santas y en fantasmas En este punto mi madre y mi hermana preguntaron sin voz ¿Y qué sabes tú de todo eso? Me han enterrado dos veces este otoño mamá En esto el huracán me separo las alas con violencia y el ataúd se rompió. ¿Qué hace mi hermana en el bosque? Su fantasma salió de mis propias cenizas Mi espada quiere beber de su sangre y centellea con ardiente deseo Mi madre es un viento que seca los árboles frutales Y qué sabes tú de todo eso preguntaron sin voz Los niños y las amapolas son inocentes hasta en su maldad recitaron en coro Ahora oigo sonar sus viejas caras Las de mi madre y las de mi hermana La tierra tiene piel y esa piel padece enfermedades replicaron llorando Es cierto hijo que eres una noche de oscuras risas ¿De dónde sacas lo que vomitas? Sal de tus profundidades oye Ahora el sol me derrite y los perros me lamen la piel Eres un charco de muerte en las pesadillas de los condenados al sueño me gritaron las brujas Soy un charco de sueño en las pesadillas de los condenados a muerte queridas En este punto volvieron a decirme sin voz ¿Y qué sabes tú de todo eso? Váyanse al mismo diablo les dije Esta calle que baja no acaba nunca de bajar